Catastrofe Silenciosa
Pocas ideas hacen más daño que la muy trivial de que el problema es que el gobierno se niega aproporcionar recursos suficientes: “A la educación se destina casi la cuarta parte del presupuesto total del país, y nadie sabe a ciencia cierta cuántos maestros hay, cuántas escuelas existen y cuántosprofesores cobran sin trabajar en las aulas”. Pablo Hiriart, La Razón, 11.VIII.
“Hay miles de maestros comisionados a tareas sindicales, y otros tantos que están dedicados a darle mantenimiento ala maquinaria electoral de la profesora Elba Esther Gordillo, el Panal”. El dato más grave es que nadie sabe, ni la SEP ni el sindicato ni la maestra Gordillo cuántos son esos maestros comisionados.Durante el último conflicto en Oaxaca, se habló de diez mil sólo allí, en Oaxaca, dedicados a incendiar su ciudad con entusiasmo. Así que suman decenas de miles que todos pagamos, no dan clase y sededican de tiempo completo a la “grilla”, la marrullería, el “apoyo a los compas” en alguna lucha social que pueda rendir beneficios.
Hemos creado un espejismo: que la educación superior es un derecho detoda la población porque es la puerta de acceso a la buena vida. Hasta algo así como 1960, en efecto, un título era garantía de vida profesional independiente, casa, auto, ascenso social para el...
Regístrate para leer el documento completo.