Cattle Valley 10_Carol Lynne
El último ramo
Capítulo Uno
Con música de Puccini de fondo, Tyler Manning veía el corazón en su mano. A diferencia de
la mayoría de las tiendas, Tyler había esperado hasta la primera semana de febrero para
decorar el aparador de la tienda por el día de san Valentín.
Las decoraciones caseras no eran de su gusto, el terciopelo rojo pegado al frente de una gran
pieza de cartón. El encontró un muy exquisito encaje en Sheridan y lo estaba pegando en el
perímetro de un corazón de un metro veinte centímetros.
Sintiendo la repentina necesidad de rasgar el corazón por la mitad, Tyler lo aparto. Quizás
decorar teniendo el corazón partido no era buena idea. Imágenes de Hearn llegaban a su mente. Tyler vio hacia el estante refrigerado que contenía el ramo semanal para la tumba de
Mitch.
¿Como podía manejar el haberse enamorado de alguien que ya estaba tomado? “¡Joder!”
gritó, pateando el corazón a sus pies.
Hundiéndose en el piso, Tyler escondió su cara en sus manos. Llorar se estaba volviendo una
costumbre últimamente. Desde el accidente que mato a la pareja de Hearn, Mitch, su amigo, apenas y le había prestado atención. Si no fuera por la orden semanal del ramo de flores, Tyler
dudaba que vería a Hearn. ¿Porque? Eso no tenía sentido.
Antes del accidente, el y Hearn habían sido casi inseparables. Entonces Mitch muere y...nada.
Primero Tyler estaba preocupado por que Hearn hubiera reconocido sus sentimientos más que
amistosos, pero ya no pensaba que ese fuera el caso. Era solo que se estaba mostrando frió. Hearn se había interesado tanto en su trabajo de caridad en Sheridan que casi nadie lo veía.
Una mano en su hombro sobresalto a Tyler, haciéndolo saltar. “Tranquilo,” la suave voz de
Hearn lo calmaba.
Tyler vio fijamente esos ojos café que el veía en sus sueños cada noche. La preocupada expresión en la cara e Hearn cuando se arrodillo a lado de él derritió a Tyler en ese preciso
instante.
“¿Estas bien?” Hearn preguntó sobre la alta música de fondo.
Sintiéndose como un idiota, Tyler asintió y se secó las lágrimas de la cara. “Si. Lo siento.” El
se puso de pie y camino hacia el mostrador para bajar el volumen de La Bohemia. Tomando
una profunda respiración, el se giro para encontrarse con Hearn parado frente a él “¿Que esta
mal?” Hearn preguntó.
No sabiendo que decir sin mentir al hombre que amaba, Tyler señalo hacia la tienda. “El día
de San Valentín.” Se encogió de hombros. “Me deprime cada año.”
La esquina de la boca de Hearn se elevo. “¿Entonces estas en el negocio equivocado?”
Incapaz de resistir la sexy sonrisa que disfrutaba mucho, Tyler sonrió. “Si supongo que estas
en lo correcto.”
Hearn puso ambas manos en los hombros de Tyler y apretó. “Encontraras alguien.”
“Ya lo encontré,” Tyler admitió.
Una mirada de oscuras emociones paso momentáneamente por la cara de Hearn antes de
desaparecer. “Eso es bueno, Ty, realmente bueno” Hearn libero su agarre de Tyler. “Pero si te
sientes lo bastante deprimido para llorar quizás ese tipo no sea bueno para ti.”
“Lo es. Solo que no lo sabe todavía.” Tyler rompió el contacto visual y se dirigió al refrigerador.
“Tus flores están listas,” le anuncio sacando el gran ramo de margaritas y rosas.
Hearn tomo las flores, y como hacia cada semana se las llevo a la nariz e inhalo. Ese era el
momento que Tyler amaba y odiaba cada día. Por esos breves segundos todos los problemas
de Hearn parecían derretirse en el fondo, dejando al gentil hombre que Tyler había llegado a
amar, en paz.
“¿Lo cargas?” Hearn pregunto, abriendo los ojos.
“Claro,” Tyler agregó. Tratando de comprar algunos momentos mas para si mismo en
compañía de Hearn, Tyler pensó en algo que decir. “¿Has oído acerca de Quade?”
Hearn se detuvo en su camino a la puerta y se giro. “No. ¿Que le sucedió?”
...
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