Cayubabas
Javier Badani R. • Fotos: Wilson Gallardo
Hace más de 300 años los jesuitas inventaron la ciencia ficción por las tierras de Beni. Lo hicieron con unas cuantas velas, un poco de madera y mucha tela. ¿Su objetivo? Conquistar definitivamente el almade los cayubabas, usando como única arma la imaginación, abandonando la idea de emplear espadas.
Todo se inició una noche hace muchos tiempo, en el siglo XVIII. Por aquel entonces, los misioneros católicos —que meses antes ya habían logrado la confianza de los indígenas—, agazapados en la copa de un gran árbol deslizaron con una soga una gigantesca estructura de madera cubierta de tela. Elsingular objeto tenía la forma de una cruz y se hallaba iluminada desde su interior por varias velas.
Después de algunos minutos de incertidumbre, la voz de alarma se desperdigó como reguero de pólvora por todo el poblado indígena.
Los cayubabas ´quedaron impresionados por las luces rojas, amarillas y azules que salían de la cruz´, narra Miguel Roca Hanosei. Y, claro, para los aborígenes amazónicosaquel espectáculo no podía ser más que un signo evidente de la llegada del Espíritu Santo, entidad celestial de la que tantas veces habían escuchado hablar a los carayanas (los hombres blancos).
´Botando estrellas aterrizó el Espíritu Santo en la tierra y exaltó a todos mis abuelos´. Desde entonces, ´nuestro querido terruño se llama Exaltación de la Santa Cruz´, explica este anciano de 59 años,mientras acaricia la vetusta estructura que hoy descansa en el templo de esta población beniana.
Y así, sólo basta escarbar un poco en la memoria de los miembros de esta etnia amazónica para descubrir las fascinantes vivencias y los objetos que se han ido conservando generación tras generación. Sin embargo, su mayor riqueza, su lengua, es algo que se está perdiendo.
Astillas de la santa cruz
Elobjeto más preciado en Exaltación de la Santa Cruz cabe en un par de manos. Se trata de una cruz de madera elaborada el año 1704 en el colegio de San Pablo de Lima (Perú). Pero lo singular de este objeto no es su antigüedad ni su estética, sino otra diminuta cruz que reposa firme en su parte superior.
´Fue hecha con una astilla de la cruz donde murió Cristo´, susurra Glaysi Toro. Las palabras deGlaysi impactan. Y es que según la tradición, los primeros misioneros católicos —que en 1704 fundaron por estas tierras su misión evangelizadora de la mano del padre José Garriga— trajeron con ellos esta reliquia desde Perú con el objetivo de protegerla de la codicia de las autoridades eclesiásticas del Virreinato, que ansiaban poseerla.
Actualmente, y después de 302 años, este invaluable tesorocayubaba yace sobre una mesa en la iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz, y está al alcance de las manos de cualquiera que quiera verla.
Pero lo cierto es que los cayubabas —algunos escriben el nombre de la etnia con ´v´— están más preocupados en su supervivencia diaria que en proteger su patrimonio.
En estos momentos, unos 8.000 habitantes pueblan la región, entre ellos movimas yjoaquinianos. A ellos se suman unos 2.000 cayubabas, que lamentablemente, de a poco, están perdiendo el hábito de hablar entre sí en su lengua originaria.
Orlando Chávez Vargas (71), segundo cacique del pueblo, asegura que a las nuevas generaciones les da vergüenza hablar cayubaba. Con todo, esta realidad no parece preocuparle demasiado. Hay otros problemas que son más importantes.
Por ejemplo, Chávezsostiene que en Exaltación la prioridad es mejorar la salud de sus habitantes, ya que la única posta del lugar es atendida por una única doctora. ´Y no tiene ni medicamentos. Por eso, cuando alguien se enferma de gravedad debe ser trasladado de urgencia en una avioneta hasta Santa Ana de Yacuma´, comenta.
Por tierra, este viaje toma cerca de tres horas, mientras que el vuelo es de unos 15 minutos....
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