Cazadores De Microbios Paul Kruif
Poco después de 1888, Emilio Roux, el ayudante de Pasteur, descubrió que elbacilo de la difteria destila un veneno extraño y que un gramo de esa sustanciabastaba para producir la muerte de 2 500 perros.Federico Loeffler se afanaba hirviendo espátulas, calentando al rojo vivo hilos deplatino para extraer la materia gris delas gargantas los cuerpos muertos por ladifteria y la ponía en delgados tubos de cristal tapados con algodón o enobservación al microscopio, descubriendo curiosos bacilos en forma de maza.Loeffler examinó, uno tras otro, a los cuerpos, pero en ninguna parte que examinó,encontró a los microbios: sólo aparecían en las gargantas.Y así, inyectó los microbios procedentes de los cultivos puros, en latráquea deunos cuantos conejos y conejillos de Indias, todos murieron en dos o tres días;pero los millones de microbios que había inyectado permanecieron en el mismopunto de la inyección...Roux tomó unos cuantos matraces de gran tamaño, en los que puso caldoesterilizado, y sembró cultivos puros de bacilos diftéricos, colocándolos despuésen la estufa de cultivo, pasados cuatro días, en un aparatoextraño, filtró el caldo ypara que retuviera los bacilos.Emilio Behring, trataba de observar los microbios de la difteria. Su objetivo eraencontrar la cura, para ello infectaba conejillos de Indias con difteria, todosenfermaron y a medida que se agravaban, les iba a inyectando diversos productosquímicos (sales de oro, naftalina, alcohol etílico, etc.)Inyectó a varios conejos una dosis de bacilos dedifteria capaz de matarlos, a laspocas horas los animales estaban enfermos; después, a las seis horas de lainyección, les hizo otra de tricloruro de yodo. Ese día transcurrió sincomplicaciones y al día siguiente los animales estaban llenos de vida. Inquieto por el descubrimiento, Behring se dedicó a curar con tricloruro de yodo a másconejillos; unas veces los mataban los microbios, otras veces loscuraba.Behring preparó un cultivo conteniendo un veneno, pero totalmente exento demicrobios, del cual inyectó grandes dosis a los conejillos curados, pero volvieron aresistir la prueba.Behring tomó uno de los animales y le hizo una incisión en el cuello para extraer lasangre de alguna arteria, pero no había arteria.Registró el cuerpo del animal y obtuvo una gota de sangre donde se encontrabalapata.
Pero ya tenia unas cuantas gotas de suero procedente de un conejillodurado, suero que mezcló en un tubo de vidrio con gran cantidad del caldo venenoso donde había cultivado bacilos de la difteria; inyectó la mezcla aconejillos no inmunizados y no murieron.Behring obtuvo como conclusión que lo único que destruía el veneno de la difteriaes el suero de los animales inmunizados o de los que hantenido difteria.Inyectaba bacilos de la difteria, toxina diftérica y tricloruro de yodo a conejos,ovejas y perros, con el propósito de obtener el suero antitoxina que serviría comopreventivo de la difteria. Pero el efecto de la antitoxina no era duradero.Entonces volvió a entrar Emilio Roux, que creía firmemente que la antitoxinasalvaría a los niños de las garras de la difteria. Este estudio fuecomprobado en100 niños, de los cuales, solo murieron 26.
Capítulo VII- Los solícitos fagocitos (ELÍAS METCHNIKOFF)
Le interesaba el estudio del protoplasma, pero se ocupo del estudio de laevolución de los gusanos. Tenia una manía de demostrar la supervivencia de losmás aptos, de cómo la Humanidad resiste a los asaltos de gérmenes dañinos,aseverando que, los supervivientes no son los mejores,sino los más hábiles. Undía mientras observaba una estrella de mar notaba células errantes del cuerpo deestas; esas células comen alimentos, devoran las partículas del carmín, perotambién deben de comerse a los microbios
Esas células errantes son la protección de la estrella de mar contra los microbios.Nuestras células errantes, los glóbulos blancos, deben ser los que nos protegencontra los...
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