Cazadores de microbios
Comienza por elpionero del microscopio, el menonita comerciante de cestas Antón Van Leeuwenhoek, este hombre tenía una extraña afición por tallar lentes: ¡Qué divertido sería ver las cosas aumentadas a través de unalente! Pero, ¿comprar lentes? ¿Leeuwenhoek? ¡Nunca! Jamás se vio hombre más desconfiado. ¿Comprar lentes? No, ¡él mismo las fabricaría!.
Este científico “ignorante” empezó a visitar las tiendas deóptica aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes; frecuentó el trato con alquimistas y boticarios, de los que observó sus métodos secretos para obtener metales de los minerales, y empezó ainiciarse en el arte de los orfebres. Era un hombre de lo más quisquilloso; no le bastaba con que sus lentes igualaran a las mejor trabajadas en Holanda, sino que tenía que superarlas; y aun luego deconseguirlo se pasaba horas y horas dándoles una y mil vueltas. Después montó sus lentes en marcos oblongos de oro, plata o cobre que el mismo había extraído de los minerales, entre fogatas, humos yextraños olores. Hoy en día, por una módica suma, los investigadores pueden adquirir un reluciente microscopio; hacen girar el tornillo micrométrico y se aprestan a observar, sin que muchos de ellossepan siquiera ni se preocupen por saber cómo está construido el aparato.
Naturalmente, las personas cercanas a Leeuwenhoek lo consideraban, como a todos los pioneros en la ciencia, un chiflado...
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