cazadores de sombras
Estaba feliz de verlos felices, pero dolía, también. Se preguntaba si alguna vez volvería a tener eso, o desearlo siquiera otra vez. Recordaba la voz de Jace: Ni siquieraquiero querer a nadie más que a ti.
Ella sintió el calor de su cuerpo fuerte contra el de ella cuando sus manos se deslizaron por su espalda. “Maia,” susurró. Comenzó a levantar la bastilla de susuéter, sus manos sujetando la parte baja de su espalda. Sus labios se movieron contra los de ella. “Te amo. Nunca dejé de amarte.”
Eres mía. Siempre mía.
Con el corazón golpeando como un martillo sealejó de él abruptamente bajando su sueter. “Jordan- para.”
La miró con una expresión sorprendida y preocupada. “Lo siento. ¿No estuvo bien? No he besado a nadie más que a ti, no desde…” El se cortó.Ella negó con la cabeza. “No, es solo que – no puedo.”
“Está bien,” dijo él. Se veía muy vulnerable, sentado ahí, con la decepción escrita por toda su cara. “No tenemos que hacer nada-“
Ella seretorció buscando palabras. “Simplemente es demasiado.”
“Solo fue un beso.”
“Dijiste que me amas.” Su voz tembló. “Me ofreciste darme tus ahorros. No puedo aceptar eso de ´ti.”
“¿Cuál?” dijo condolor tiñéndole la voz. “¿Mi dinero o la parte del te amo?”
“Ninguna. Simplemente no puedo, ¿está bien? No contigo y no ahora.” Ella comenzó a irse. El estaba mirándola con la boca abierta. “No mesigas por favor,” dijo ella y se volteó para apurarse por donde habían venido.
“Clary.” El se inclinó otra vez sobre ella; sus manos eran tibias sobre las muñecas; su aliento suave en su oído. Ellapodía sentir todas las partes en donde sus pieles desnudas se tocaban. Era horriblemente distractor. “Tenía que hacerlo. Era muy peligroso. Si te lo decía hubieras tenido que elegir entre decirle alConsejo que todavía estaba vivo – y dejarlos herirme – y mantener un secreto que te haría un cómplice ante sus ojos. Entonces cuando te vi en la biblioteca tuve que esperar. Necesitaba saber si...
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