cazadores de sombras
—¿Hablas en serio? —inquirió ella, mirándole.
—Siempre hablo en serio.
Clary se preguntó siestar cansados no les había enloquecido un poco a ambos. Pero Jace no parecía cansado. Parecía casi triste. Clary dejó el cuaderno de dibujo sobre la mesilla de noche, y se tumbó, enroscándose de ladosobre la almohada.
—De acuerdo.
—Cierra los ojos.
Ella los cerró. Podía ver la imagen residual de la luz de la lámpara reflejada en el interior de los párpados, igual que diminutas estrellasestallando.
—Había una vez un niño —comenzó Jace.
Clary le interrumpió inmediatamente.
—¿Un niño cazador de sombras?
—Por supuesto. —Por un momento, un sombrío tono divertido coloreó suvoz; luego desapareció—. Cuando el niño tenía seis años, su padre le dio un halcón para que lo adiestrara. Los halcones son aves rapaces... que matan pájaros, le dijo su padre, son los cazadores desombras del cielo.
»A1 halcón no le gustaba el niño, y al niño tampoco le gustaba él. Su pico afilado lo ponía nervioso, y sus ojos brillantes siempre parecían estarle vigilando. El ave le atacaba conel pico y las garras cada vez que se acercaba a él. Durante semanas, no dejaron de sangrarle las muñecas y las manos. Él no lo sabía, pero su padre había seleccionado un halcón que había vividosalvaje durante más de un año, y por lo tanto era casi imposible de domesticar. Pero el niño lo intentó, porque su padre le había dicho que hiciera que el halcón le obedeciera, y él quería complacer a supadre.
«Permanecía junto al ave constantemente, hablandole para mantenerla despierta e incluso poniéndole música, porque se suponía que una ave cansada es más fácil de domar. Aprendió a manejar elequipo: las pihuelas, el capuchón, la caperuza, la lonja, la correa que sujetaba el halcón a su muñeca. Se suponía que debía mantener ciego al halcón, pero no tenía valor para hacerlo; en vez de eso...
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