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Desde el momento en el que leí “EL ROCK-HEAVY, UN CÁNCER PARA LA SOCIEDAD” me puse en un estado como de “ugggh no, qué chafa”, ya que yo escucho esa clase de música y he tenido que lidiar conbastantes críticas al respecto; pero recordé que debía leer la carta sin enojarme así que dije “meeeh” y me calmé. Después comencé a leer y todo lo que pasaba por mi mente era “qué es esto” y “no, Yara, elque se enoja pierde”. A media carta me rendí y perdí :B. No pude evitar enojarme puesto que es un tema bastante delicado para mí, ya que desde chica tuve problemas por la clase de música queescuchaba. Mis padres solían pensar casi casi lo mismo; que las canciones tenían mensajes subliminales súper intensos que se infiltrarían en mi mente y que eventualmente me convertirían en una adoradora desatán practicante de rituales y sacrificios humanos y blaaaaahblahblah cosas que se copiaban de lo que decía la iglesia. Hubo una época en la que me quisieron prohibir escuchar mi música, intentandoconvencerme de que todo eso era nocivo y dañino, pero ninguno de sus argumentos (si es que pueden ser considerados argumentos) hacían sentido alguno para mí, así que continué escuchando lo que megustaba. Después se resignaron; me dejaron de insistir y sólo me hacían comentarios negativos y me decían que sólo era mi etapa de adolescente rebelde, que después se me pasaría. Seguí con lo mismo y yasimplemente lo aceptaron hahaha, se dieron cuenta de que la música no tiene nada qué ver, y que su hija no es una satánica de miedo. Al contrario, fui el tercer mejor promedio de la Prepa Tec, quedé en2do o 3er lugar para la beca de la carrera, estoy en el proyecto ganador del Ram’s Den preparándome para el desarrollo de nuestra empresa, mis diversiones consisten en videojuegos, pintura y lafotografía (nada de alcohol, drogas ni sexo salvaje). Heme aquí a mis 18 años escuchando depressive black-metal, hardcore, emo y sludge y siendo académicamente exitosa y sana. Entonces al leer ese documento...