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Está demostrado que una comunidad bien informada sobre catástrofes enfrentamejor estos embates y con ello se salvan muchas vidas. Esta premisa es aceptada, porque la experiencia recogida en el país y en el extranjero lo confirman, de allí que surjan simulacros y otrosejercicios destinados a tener alerta a la gente y prestos ante algún siniestro natural o artificial.
En la región las autoridades hace un tiempo entendieron esto y se han hecho diversas campañas educativasy simulacros. No obstante, es necesario que sean frecuentes y que cada vez se involucren a más protagonistas, quienes debieran comprender la importancia de una participación activa.
No son pocos queven en estos simulacros una molestia, un momento para divertirse o incluso para mofarse de quienes si aplican las recomendaciones de las autoridades de emergencia. Ese tipo de actitudes es la queentorpece una buena labor y, lo que es peor, impide que realmente se pueda reaccionar de manera correcta ante una catástrofe en el momento que llegue.
Este tipo de conductas son las que debemos erradicary entender que en determinado ocasión perderemos dos horas o menos en un ejercicio de simulación, pero que frente a una tragedia no sólo nos servirá para salvar nuestra vida también la de familiaresy amigos. Por ello mientras mayor concentración y colaboración logremos, el beneficio será incalculable.
A sabiendas de no convencer a todos, los simulacros seguirán en el país, en la región y en laprovincia y se irán sumando otros aspectos que puedan haberse no considerado en primera instancia. Por ejemplo, en El Loa, es muy necesario fijar las vías de evacuación ante una erupción volcánica ouna inundación, situaciones que en próximas oportunidades si serán incluidas en los simulacros.
Con ello se responderá a muchos expertos que han insistido en que junto a un movimiento telúrico...