Celestina
Secundaria
LAS DOS CELESTINAS
Itziar Michelena Adaptado para esta publicación, con supresiones, de «Las dos Celestinas. Historia de la formación de un clásico», en Claves, n.º 62, mayo de 1996, pp. 68-74
Entre los motivos que pueden llevarnos a apreciar ciertos libros y a disfrutar con su lectura no es, seguramente, el menos importante el juicio que han merecido a otroslectores. Los gustos de personas a las que respetamos nos sirven a menudo de acicate para descubrir y estimar obras que, de otra manera, consideraríamos muy alejadas de nuestra sensibilidad. [...] Aunque este proceder no carece de inconvenientes (de la calidad de un autor no se sigue, por ejemplo, que todos sus juicios sean justos, ni tiene nuestra sensibilidad que coincidir constantemente con la suya)posee indudables ventajas: siempre resulta estimulante escuchar a alguien que observa con libertad la labor de un semejante y que confiesa su aprecio o su falta de simpatía con sinceridad. Frente al culto generalizado de que son objeto los grandes libros, estos lectores nos cuentan lo que ven y no lo que deberían ver, cuando no han hallado lo que estaban obligados a encontrar en determinadas obras:sus opiniones son parciales, pero auténticas y, en muchos casos, muy perspicaces. La alabanza constante y unánime que certifica la calidad de obras diversas culturalmente y muy distantes cronológicamente, a menudo, produce, como Canetti ha descrito con gran exactitud, el efecto contrario. [...] Y, sin embargo, por excelsas que sean, las grandes obras no dejan, como cualquier otro quehacer humano,de estar regidas por el azar. El gusto de lectores individuales que decidieron copiar o, más tarde, editar textos diversos es, por ejemplo, un factor determinante en la conservación de muchos de los clásicos que, no debemos olvidarlo, no lo eran en el momento en que se compusieron; tampoco debemos olvidar que muchas veces contaron con la aprobación de los sabios porque antes fueron populares, y lofueron porque factores tan denostados como la violencia y el erotismo eran componentes de sus tramas. Son, como no podía ser menos, obras desiguales en las que, incluso en las mejores, no todo alcanza el mismo nivel de calidad. [...] Serían, seguramente, grandes las sorpresas que nos depararía saber cómo se
© del original 1996, Itziar Michelena y Claves. © de la adaptación 1998 by Santillana,S.A.
han construido muchos de los clásicos que hoy admiramos. Por desgracia, sobre todo si éstos son antiguos, no es frecuente que contemos con una información adecuada; de ahí que cuando, como en el caso de La Celestina, tenemos noticias fehacientes de parte de su historia, ésta resulte tan interesante y sirva para ejemplificar de forma inmejorable las paradojas que plantea adecuar lo que nosimaginamos que puede ser la formación de un gran libro y los datos que poseemos acerca de su configuración. Es La Celestina (LC) o, para ser más exactos, la Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea, una obra calificada por los entendidos de maestra. Es considerada, y no sin razón, una de las cimas de la prosa castellana, cuya calidad es más estimable si se tiene en cuenta que se escribe a lolargo del siglo XV, renunciando al verso y sin utilizar el latín –la lengua culta de la época–, en un romance en el que tardarían en florecer muchos de sus frutos literarios más sobresalientes. (*) La obra, que gozó desde sus primeras ediciones impresas del favor del público (fue lo que hoy llamaríamos un best seller), no deja de tener una historia accidentada y sorprendente. Sorprendente porquesiendo uno de los atractivos del libro la coherencia argumental, parece paradójico que esté escrita por dos autores distintos y lo suficientemente alejados cronológicamente como para que no se conociesen. Un Primer Autor (PA) del que nada sabemos, salvo la información que la propia obra nos proporciona, escribe el comienzo de la Celestina Primitiva (CP), es decir, plantea la trama, perfila los...
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