CELOS
Aconteció en una noche como muchas en donde mis disparates acababan en besos después de una larga platica llena de erotismo, en la cama como sinigual y en las cobijas como de costumbre, soloalgo era diferente, la mujer con que estaba.
Esta de aproximadamente 1.68, delgada, de piel canela y de hermoso cabello, que aunque tinturado se deleitaba en el sinsabor del sexo. Si, a Ximena Zapatala conocí en el nuevo burdel, nuevo para mis aspiraciones, y mis nuevas cuentas, que aunque de espejismo estaban, de algo servían, bueno, todo siempre estaba pago para mí. Por lo menos en la cuentaque el corazón me impone. Para ser más específico, en esta historia quiero contar ya en mí lecho de muerte lo que me ayudo a vivir hasta donde estoy, y aunque el papel sea de consuelo, las letras han deser mi apoyo.
Todo comenzó cuando en el barrio de los cantaros vivía, tenía en aquella época unos 16 años.
Un día, muy habitual Salí a comprar algunas cosas a la tienda, ya era de noche, a eso de las12, el estanquillo de Antonio estaba siempre abierto, yo a veces me preguntaba si el en verdad dormía, al llegar y pedir la gaseosa naranja de dos litros para una visita de casi todo el día,encuentro que diagonal de aquella esquina se estaban pasando de casa una familia, al parecer por los muebles un poco derruidos, esta familia no se veía para nada adinerada, allí, mientras espiaba un poco alos nuevos vecinos de tan apacible barrio encuentro a una bella, linda, preciosa por no decir más a la persona de la cual me enamore, tan ciegamente que no pude contener la emoción, y a los días ya todami casa sabia de mis delirios del amor.
Los días fueron pasando, las noches cada vez se hacían más cortas, y se iban olvidando de mi amor hacia esa niña de aquella familia tan desconocida, misteriosay a veces tan incómoda. En verdad no se bien porque lo de incomoda, pero eran tan simplemente diferentes que en el ambiente se sentía.
A los dos años de que llegase la familia Aguirre, hubo una...
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