CERO EN CONDUCTA
Crónicas de la resistencia magisterial
Luis Hernández Navarro
A mis amigos Paloma
Saiz, Paco Ignacio Taibo II, Francisco Pérez Arce y Francisco González, junto a quienes aprendí que los trabajadores
son lo que son y no lo que queremos que sean, que la historia es también una ficción colectiva y que, con frecuencia,
una buena novela muestra mejor la realidad que muchostrabajos académicos.
“Los hombres son dueños de su propio destino en cierto
momento. La culpa, querido Bruto, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros.”
Shakespeare, Julio César, acto I, escena 2.
Luis Hernández Navarro
LAS CARTAS SOBRE LA MESA
Cero en conducta es, simultáneamente, un testimonio personal de lucha, una historia del sindicato magisterial centrado
en sudisidencia durante sus últimos 31 años, un ensayo interpretativo, una colección de crónicas y un álbum de fotos de
algunos de sus protagonistas.
Cero en conducta (un nombre que tomé prestado de la
magnífica revista editada por “Educación y cambio” y al que le
añadí como apellido crónicas de la resistencia magisterial) no
es ni pretende ser un trabajo académico. No es un libro “objetivo”. Aunquequisiera disfrazarlo de objetividad redactándolo con un formato “neutro”, no podría serlo. Es un escrito
nacido de un compromiso político que hago explícito al lector.
Cuando la insurgencia magisterial estalló en 1979 yo
era secretario general de la D-III-24, la organización sindical
de los trabajadores técnicos, manuales y administrativos del
Instituto Nacional de Antropología e Historia(INAH). La delegación sindical, con más de mil trescientos afiliados en la
ciudad de México y grupos afines en el resto del país, se había
democratizado unos cuantos años antes y había conquistado condiciones de trabajo envidiables en comparación con las
existentes en el sector cultura.
La D-III-24 participó en la fundación de la CNTE y en
sus movilizaciones. Como parte de la sección 11 delSNTE había establecido ya relaciones con grupos de trabajadores que
se querían organizar para deshacerse de los charros. A su manera, se convirtió en un punto de apoyo para la protesta magisterial en todo el país.
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CERO EN CONDUCTA
Como representante de los trabajadores no académi-
cos del INAH en la Coordinadora, participé en la casi totalidad de sus reuniones nacionaleshasta el año de 1992. Estuve
presente en sus movilizaciones y fui parte de muchas de sus
comisiones negociadoras nacionales. Participé en la redacción
de multitud de sus documentos de balance y táctica.
Con el movimiento magisterial democrático recorrí
prácticamente todo el país dando conferencias, cursos, talleres, seminarios y participando en sus reuniones y asambleas.
Dormí enescuelas, en casas de maestros y en los modestos
hoteles que algunas secciones sindicales tenían. Conocí su es-
tilo de vida, a sus familias y a sus bibliotecas, llenas de libros
que habían leído.
Desde que el movimiento estalló escribí regular y siste-
máticamente sobre él, tratando de sistematizar su experiencia
y narrando sus avatares. Algunos de esos escritos se publicaron
sinmi firma en los Cuadernos de Educación Sindical, publica-
dos por la D-III-24, en La Cultura en México, suplemento de la
revista Siempre!, dirigida por Carlos Monsiváis y luego por Paco
Ignacio Taibo II, en folletos producidos por la Universidad Autónoma de Guerrero, Información Obrera, en la revista Pueblo y
en la revista El Cotidiano de la UAM Azcapotzalco.
Antes de ser secretariogeneral del INAH había traba-
jado en la organización de grupos de trabajadores, sindicatos
independientes y huelgas. A partir de 1973 me ligué de lleno a la lucha obrera en el Valle de México con la Cooperativa
y participé en algunos importantes conflictos y multitud de
pequeñas luchas. Acompañé la movilización de la Tendencia
Democrática de los electricistas de Rafael Galván, sobre...
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