Cero
durante milenios la basura como tal era más bien escasa. Y es que aunque el sedentarismo había cambiado lascircunstancias, la vida humana, seguía siendo “solitaria, pobre, sucia, brutal y corta”. Muchos de esos adjetivos se debían a que la mayor parte de la Humanidad no nadaba precisamente en la abundancia. Losrecursos eran magros, la escasez frecuente y los desastres (naturales y humanos) imprevisiblemente presentes. No se desperdiciaba nada porque resultaba difícil hacerse de cualquier cosa, ya fuera deuso cotidiano o de aparente lujo. Un campesino europeo o hindú o novohispano del siglo XVII, el de Hobbes, podía aspirar a tener menos de una decena de cambios de ropa en su vida. En la existencia nohallamos que anden buscando comida en la basura, porque nada comestible iban a encontrar en ella.
Lo cual no quiere decir que las ciudades fueran muy limpias. Al crecer éstas, la gente disponía de labasura en la calle misma. El grito de “¡aguas!” mostraba la buena educación de quien avisaba a sus coterráneos que desde la ventana iba a arrojar los productos líquidos de la noche anterior. Lossistemas sanitarios eran inexistentes, lo mismo que la recolección de basura. Lo mejor que le pudo pasar a Londres fue haber sido arrasado por un incendio en 1666, lo que acabó con el hacinamiento, lapromiscuidad, las ratas y su principal consecuencia, los periódicos brotes de peste, la basura nunca se presenta como un problema sino olfativo.
Con la Revolución Industrial vino la gran explosión en lageneración de basura, por dos razones: los procesos industriales generan escorias y desechos en una escala muchísimo mayor que los artesanales. Y además, siendo los productos más accesibles y baratos,la tentación de echarlos a la basura cuando se dañaban o dejaban de funcionar correctamente, se volvía mayor.
Por supuesto que, en muchas partes del mundo, y ya en este siglo XXI, existen numerosas...
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