CERTAMEN DE HISOTIRA

 CARLOS ALTAMIRANO
LA ERA SOCIAL El surgimiento del peronismo dividió en dos la historia política argentina del siglo XX. Aunque la investigación más reciente sobre los años treinta y los años cuarenta ha ido mostrando que la emergencia del “hecho peronista” había disimulado, bajo los signos de la irrupción tumultuosa, muchos elementos decontinuidad respecto del pasado inmediato -ni la intervención estatal en la economía, ni las políticas industrialistas, ni el trato entre dirigentes gremiales y poder público habían comenzado con él-, ninguna de esas comprobaciones anula la novedad del alineamiento de fuerzas que produjo, ni el hecho de que con él tuviera comienzo una dicotomía antagónica de largas consecuencias en la vida públicanacional. Como sabemos, el experimento militar surgido del golpe del 4 de junio de 1943, que puso fin al gobierno de Castillo y a la coalición de conservadores y radicales antipersonalistas que representaba, le abrió el camino al coronel Juan D. Perón, el mejor cerebro político del GOU, la logia secreta de oficiales que por un tiempo funcionó como el mayor centro de poder e influencia dentro del“gobierno de los coroneles”, como no tardaría en ser llamado en el exterior el régimen militar. Anticomunista y antiliberal, el GOU (Grupo Obra de Unificación) no sólo batallaría porque la Argentina mantuviera la neutralidad frente a la guerra, sino que se esforzaría por impulsar una definición nacionalista y autoritaria del orden que había nacido con una proclama de sentido nebuloso. Sin considerar laacción de Perón no podría establecerse el hilo que lleva del 4 de junio de 1943 a la movilización obrera del 17 de octubre de 1945 y, enseguida, al triunfo electoral de la coalición peronista en febrero de 1946. Al enfocar hoy esos años decisivos tenemos la ventaja del presente sobre el pasado: conocer el final de un curso político que para sus protagonistas estaba todavía haciéndose, abierto aún amás de una alternativa. Podría afirmarse, por cierto, que más allá de circunstancias particulares, el proceso que condujo al peronismo tomó cauces que ya estaban esbozados; que la gravitación que habían adquirido las clases ligadas al crecimiento industrial no hubiera dejado de reflejarse en el juego político y que la crisis de legitimidad que afectaba al orden de dominación tradicional impulsaba labúsqueda de una resolución, cualquiera fuera ella. Más aún, que el desarrollo de la guerra también iba a restringir el campo de las alternativas: desde 1943, justamente, se había tornado desfavorable al Eje fascista y generaba un cuadro internacional poco propicio para un régimen militar concebido en el modelo de las dictaduras nacionalistas de los años treinta, como era el que pretendíaedificarse bajo el impulso del golpe del 4 de junio. Los Estados Unidos, que desde 1942 presionaban contra la posición neutralista de la Argentina, redoblaron el jaqueo diplomático y económico frente al régimen militar y era improbable que dejaran estabilizar un gobierno que desafiaba su política hemisférica aferrándose al neutralismo. Pero todos los datos que pueden computarse como condiciones del “hechoperonista” no convergían obligadamente en un mismo y único sentido, y para que el proceso tuviera el desenlace que finalmente tuvo hay que contar con el sentido que le imprimieron las circunstancias y la acción contingente de los hombres. Entre estas contingencias debe anotarse, obviamente, la audacia, la ductilidad y el desprejuicio políticos de Perón. Cuando en la primavera del año ‘45 elrégimen militar surgido del golpe del 4 de junio parecía encaminarse al derrumbe, bajo la presión de los Estados Unidos y el asedio de la oposición interna, fueron las fuerzas que había puesto en movimiento el coronel las que posibilitaron una vía de escape. Esa conclusión del experimento militar, ni fortuita ni forzosa, que evitó lo que a los ojos de los oficiales era el gran riesgo -el peligro...