Cesar

El apóstol libertador –parte quinta-


“Para mi amigo el Maestro Martín Martínez Avalos,
por que su mano solidaria siempre está tendida.”

…Toda vez que la revolución, no es un pasajeaislado o lejano a la realidad que el día a día ofrece a los ciudadanos “de a pie”, es poco coherente pensar en nuestros personajes de la lucha armada, como simples bandoleros o reducir sus noblesaportaciones a la cruel infamia del olvido y el menosprecio. Esa innoble “aportación” le corresponde a jilgueros financiados por intereses nefastos, promovidos desde las entrañas de los grupos perjudicadospor la gesta de nuestros héroes nacionales; es decir, las libertades como conceptos sagrados emanados de la “guerra civil mexicana”, son la conflagración de las virtudes mas inmanentes del real sentirde la Nación.
Por que, a pesar que es de reconocerse, que la “nación” como talante sociológico, no es uniforme en México -¿cuántos “Méxicos” existen en la actualidad?- y que la diversidad comofactor de divisionismo regional y premisa para la defensa de intereses que atañen a determinados grupos dentro del gran núcleo social que representa el “sentir patrio”, es honda; ello no es óbicepara también reconocer un gran esbozo de unidad de todas las “pequeñas naciones mexicanas” en pos de las garantías individuales de vanguardia promovidas por la subversión bélica iniciada en 1910.Cuando Madero promovió el Plan de San Luis, “soltó al tigre” –dixit Porfirio Díaz- y ésta bestia fue indomable como lo presagió el veterano militar convertido en dictador, aunque la verdad sea dicha, lafiera no consumió al país en un gran desastre de inconmensurables consecuencias, si bien es cierto que las pérdidas económicas y el derramamiento de sangre, fueron sus secuelas de inmediato reflejo; elacecho del “salvaje animal” fue el detonante idóneo para forjar un Estado de instituciones sólidas y de inquebrantables principios, donde siempre ha reinado la astuta lógica de que las libertades...