cesar
He trabajado durante varios años para Mapfre, y me considero uno de los empleados que, habiendo nosolo ayudado, sino convirtiéndonos en su momento en el pilar del desarrollo de la empresa, hemos recibido a cambio una feroz explotación, precariedad laboral, y aun continuas humillaciones por parte denuestros superiores (aunque ignoro en que aspecto puede ser superior alguno de los incompetentes y miserables "jefes" que he llegado a tener en la empresa).
Véase el caso del director de laagencia para la que trabajaba, Jesús Álvarez, un títere caricaturesco de poca monta, que mejor le habría sido dedicarse a algo más tangible, como vender patatas o churros, pero no a intentar(frustradamente, eso sí) dirigir una empresa. (El mayor de mis respetos a los vendedores de patatas y churros, a los que en ningún momento pretendo comparar con esta suerte de personaje).
Resulta más queparadójico el hecho de que una empresa de seguros nos mantenga al 80% de los trabajadores que en ese momento trabajábamos para ella, sin asegurar, sumidos en la más pura precariedad laboral. Solo la citadacaricatura de un fuhrer venido a menos y su archisumisa (a veces sospechosamente) secretaria estaban pues dados de alta en la Seguridad Social.
("Si no te gusta, te vas", es lo que solían decir...Al fin y al cabo siempre habrá alguien que se venda por menos que tu, no?)
Nos encontramos ante una nueva muestra de los abusos de la empresa, que acostumbrada a la actitud sumisa de lostrabajadores, ya no se contenta con pisar continuadamente nuestros derechos, sino que se permiten incluso el lujo de tras hacerlo, insultarnos y agredirnos verbalmente.
Ante estos abusos, solo podemosresponder con firmeza exigiendo el respeto de nuestros derechos y nuestra dignidad.
Firmaré como "Carpanta", pretendiendo con ello que los amenazantes tentáculos de la empresa no se abalancen sobre...
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