Cessare Beccaria
«Desde que Beccaria pronuncia su primera palabra humanitaria han transcurrido cerca de dos siglos, y sin embargo sus ecos permanecen aun vibrando, quizás ahora con acentos más firmes como si desde entonces no hubiera habido otro grito más fuerte en las estepas frías en las que hasta entonces militaban las sanciones contra el delito». Guillermo Cabanellas, Tratado de los Delitosy de las penas, pp. 10.
Una de las etapas más apasionantes en la historia del pensamiento humano es sin duda el siglo XVIII, que es el escenario en el que se gestaron importantes revoluciones que definirían en adelante, la situación del hombre, el respeto de sus derechos, su dignidad y la cimentación de las bases para una sociedad más humana. Resultaron propicias para ello, las reacciones de lapléyade de jóvenes disidentes que van desde los más grandes ilustrados franceses invitados de la rue Royale1, hasta cierto joven italiano de nombre Cesare Beccaria, de quien sin duda, resulta necesario situarse en su entorno, su tiempo y en los aspectos más esenciales de su pensamiento.
Este peculiar personaje, Cesare Bonesana, marqués de Beccaria, vio la luz en Milán un 15 de marzo de 1738 en elseno de una familia aristócrata conservadora, hijo primogénito del marqués Giovanni Saverio Beccaria Bonesana y María Visconti da Rho. En los albores de su formación recibe 8 años de educación en el Colegio de Jesuitas en Parma ―misma que posteriormente calificaría como fanática2―, seguidamente, en su juventud, lo encontramos como un universitario que concluye sus estudios de Derecho en laUniversidad de Pavia; destacando no por jurista si no por ser un estudioso de economía logrando así formar parte de la escuela lombardo-véneta, pero no fue precisamente esto lo que lo llevaría a perdurar en la inmortalidad, ya que la verdadera razón fue, en efecto, su injerencia en el ámbito jurídico-penal a través de su pamphlet Dei delitti e delle pene.
Resalta entre los aspectos más esenciales de sujuventud la amistad con los Verri, siendo ésta la que lo impulsó a escribir sobre temas jurídico-penales, desembocando así, finalmente, en la edición del opúsculo. Beccaria conjuntamente con los hermanos Alejandro y Pietro Verri ―quienes al igual que él formaban parte de la Accademia dei Pugni― clamaban por la reforma de la legislación penal de su tiempo y por la aplicación más humana de lajusticia. Se les ha de imaginar, por lo general, en el salón de los Verri ―el Palazzo de la Via del Monte, residencia de Gabriel Verri, padre de Alejandro y Pietro― realizando a menudo pequeñas tertulias que concluían, casi siempre, en debates intelectuales sobre problemas literarios, filosóficos y económicos; pero, su propósito no era quedar en simples deliberaciones privadas ya que pretendíandespertar por medio de sus ideas, a la Milán de aquel entonces del sueño aletargado en el que se mecía, resultando propicio hacerlo a través del periódico Il Caffè. Las publicaciones aquí realizadas se dieron de junio de 1764 a junio de 1766, cabe mencionar que las efectuadas por Beccaria ―siete en total, ninguna de ellas sobre asuntos penales3 ― resultaron intrascendentes e ínfimas en comparación con elinsigne libro.
Las tertulias en el Palazzo Verri fueron decisorias para la gestación de la obrita, pues le permitió escuchar a quienes contaban con la pericia de la que él carecía; recordemos que era Alejandro “protector de los encarcelados” cuya labor consistía en visitar las cárceles en las que se encerraba a los acusados a la espera de un juicio, a los condenados a la espera del suplicio odel cumplimiento de la pena carcelaria; y, recoger sus quejas o reclamos para el apresuramiento de los procesos, para las instancias de gracia o para la exposición de las más graves necesidades4 ―figuran entre las penitenciarías de la época La gran prisión de Milán, L´Argastro y La Casa di Corrizione5; probablemente visitó alguna de éstas―. Alejandro, aprovechaba las tertulias en la Accademia para...
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