Chalado por 8 horas

Chalado por 8 horas
Estaba sentado junto a los demás internos y de repente apareció Alexandra, quien estaba recluida por consumir heroína, ella me miró fijamente y dijo: “bienvenido a la clínica del tratamiento mental, bienvenido a la realidad”.

Por: Daniel Molina Durango

E
ntré a mi habitación, llegué rápidamente al baño y comencé a quitarme la camisa de pijama vieja que me habíapuesto, las medias grises malolientes y la pantaloneta negra que suelo llevar a sitios informales, son las 5:45 de la tarde y mi mente, como la lluvia comienza a correr velozmente, recordando mi dura, difícil y a su vez agradable estancia en la Clínica de Salud Mental Basilia, en la cual estuve internado cerca de 8 horas, experimentando la realidad de un enfermo mental.

- Enfermera intérneme aeste paciente, ubíquelo en el segundo piso, no le suministre medicamentos pero póngalo en observación continua.

- Claro doctor, deme el nombre del paciente y lo que tiene.

- Se llama Federico Gómez y está aquí por anorexia.

Después de escuchar las órdenes del doctor, Diana, la enfermera de turno, abrió la puerta del despacho y me sirvió de guía para llegar al lugar en dondeinternan a personas con algún problema mental. Los segundos que corrían mientras caminábamos hacia el que sería mi hogar en las próximas horas se hacían eternos, caminamos cerca de un minuto y de repente llegamos a un complejo construido justo en el fondo de la clínica, al llegar supe que estaba atrapado por las 4 paredes ubicadas en cada esquina, después de entrar al lugar, subimos por la rampa quellegaba al segundo piso y en un abrir y cerrar de ojos estaba encerrado como cualquier demente con su problema emocional.

Sobre las 8:26 de la mañana, la enfermera me ubicó en una de las tantas mesas situadas en la entrada que estaba custodiada por rejas de metal, una vez sentado, observé el panorama del sitio en el que me había metido y la primera percepción no fue nada agradable, a mi derecha sepodía observar uno de los pasadizos que llevaba a las habitaciones, este era oscuro, sombrío y logró intimidarme un poco, además, sobre la izquierda estaban ubicados otros enfermos recluidos que tenían un aspecto mucho más deplorable que el mío. Al observar esto me sentí un poco incomodo y de repente apareció por detrás de mi uno de los pacientes, este parecía mucho más amable que los que habíavisto segundos antes y fue el primero en acercarse a saludar.

- Entonces hermano, ¿bien o no?

- Si viejo, bien bien.

- ¿Cómo es tu nombre?

- Federico Gómez.

- A ya, ¿y por qué estás aquí?

- Tengo anorexia crónica.

Justo después de presentarme con él, me confesó que se llamaba John William, que tenía 32 años de edad y que se encontraba interno por tenerdelirios de persecución. Mi primera impresión de él fue que era un sujeto peligroso, sus ojos que estaban fuera de órbita, su barba desaseada y su rostro en general parecían, a mi juicio características de una persona llevada del carajo, no obstante, me di cuenta de que muchas veces nos dejamos llevar por las apariencias.

Luego de socializar con mi nuevo amigo, algunos internos comenzaron aacercarse para saludarme, al parecer les gusta recibir bien a los nuevos integrantes de su realidad y por supuesto yo no fui la excepción. Primero fue John William, el que tenía delirio de persecución, pero segundos después se presentaron ante mi don Álvaro Molina, (quien según me contaron es el más chiflado de allí ya que siempre sale de su habitación con una toalla y una pantaloneta mencionando quele dieron de alta y que se irá de piscina con sus hijas), Juan David, un menor de 16 años quien se abrió el estomago con un cuchillo y Carol Saldarriaga, chica de 19 años que se encontraba aquí por padecer de un stress crónico.

Justo después de presentarse conmigo, les conté sobre mi anorexia y Carol, quien fue muy amable me obligó a comer todo el desayuno, me dijo que si no la quería ver...