CHALCHÍHUATL EL ALIMENTO DE LOS DIOSES

JOSÉ DAVID OLIVEROS OSSA
Curso: Historia del arte latinoamericano I
Gustavo Adolfo Villegas Gómez, Docente
Universidad de Antioquia
Facultad de Artes
2012

CHALCHÍHUATL: EL ALIMENTO DE LOS DIOSES
Sangre azteca, ese será el eje principal del presente ensayo. No se trata precisamente de la novela histórica basada en los escritos de Gary Jennings que fuese publicada tras su muerte, y tampoco delluchador profesional nacido en 1975. Se trata del contenido simbólico y cultural del ezoliztli, ese líquido precioso que sostenía todo el rito y la filosofía de la religión azteca.
Todavía nos sorprenden las cifras de sacrificios que ascendían con el transcurrir de la expansión azteca, haciendo evidente la diferencia cultural entre occidente y la colonizada América de entonces, para quienes lamuerte era el sustento de la vida. ¿Cómo entender tan aparente contradicción?
Es claro establecer que la mitología y la religión tuvieron especial atención para el Estado mexica -también llamado Imperio Azteca-, donde todas las actividades cotidianas dependían de un poder sobrenatural, pues era vox pópuli la creencia de que sólo se llegaba a ser verdaderamente mujer u hombre imitando a los dioses.Dichas actividades eran guiadas principalmente por un sacerdote, quien además de organizar ceremonias religiosas poseía cierto poder político y social1, al punto de dirigir los centros educativos. Incluso los arquitectos no comenzaban a construir los templos sin antes consultar con la jerarquía sacerdotal, quienes también cobraban un tributo, determinaban cantos, componían música y narraban losacontecimientos del pasado para que el pueblo no los olvidase. Como diría George Clapp Vaillant “Los dioses gobernaban a este pueblo, pero eran los sacerdotes quienes interpretaban las órdenes divinas y a las gentes sólo les quedaba la opción de obedecer”2.
Sin embargo los sacerdotes también eran los primeros en caminar a los campos de batalla, insinuando la idea que algunos teóricos tienen de unEstado militarista que contrasta con el Estado teocrático de periodos clásicos anteriores. Pues bien, estando la vida cotidiana ligada a la religión, y a su vez la religión encadenada a la guerra, llegamos a la conclusión que Víctor W. von Hagen establecería al citar la ceremonia azteca donde se sacrificaron 20.000 prisioneros: “la guerra se convirtió en la condición natural de los aztecas”3. ¿Esrealmente lo bélico algo natural en la cultura azteca?
Para empezar cabe destacar que fue un pueblo trashumante, donde el sentido del riesgo siempre estuvo presente, trayendo como consecuencia la necesidad de mantenerse a la defensiva.
A su vez, es importante retomar la dualidad inherente a dicha cultura. El nexo entre la guerra (yaoyotl) y la religión (yecnemiliztica) fue una consecuencia de todauna cosmogonía azteca, donde la visión del papel del hombre en el Universo era negativa, agobiada por la voluntad de los dioses, en un mundo abocado al desastre.
Este pesimismo tiene raíces en la mitología azteca. La Cosmogonía cíclica de mencionado pueblo mesoamericano nos indica que el cosmos pasaba por una serie de eras, con creaciones y destrucciones periódicas. Cada era estaba marcada por unsol, habiendo existido 4 edades o eras anteriores a la existencia del ‘Sol de movimiento’ en el que vivimos. Este quinto sol fue creado en Teotihuacán, la ciudad de los dioses, quienes reunidos allí propusieron que uno de ellos sacrificara su vida para el nacimiento de un nuevo sol. Cuenta el mito que dos dioses se ofrecieron, terminando cada uno como el Sol (Nanahuatzin) y la Luna(Tecuciztécatl), y una vez que ambos astros aparecieron en el cielo todos los dioses de Teotihuacán sacrificaron su vida para que los astros se pusieran en movimiento y de esta manera permitiese la vida futura del hombre.
Nuevamente la sangre vuelve a ser relevante, pues en esta quinta era, la creación de los seres humanos se debió al dios Quetzalcóatl, quien –según cuenta la leyenda- había recogido los huesos...