Chat , Acercamiento En La Sociedad
Páginas: 11 (2656 palabras)
Publicado: 18 de septiembre de 2011
EL CHAT: UN ACERCAMIENTO A LA CULTURA CONTEMPORÁNEA
Mara Silvia Elgue Patiño
Licenciada en Trabajo Social y profesora
de investigación educativa, Uruguay
Chatear, participar de juegos interactivos, compartir con otros jóvenes un sitio en la red, integrar una banda de música, producir artesanías son algunos de los saberes juveniles poco valorados por la escuela.
Las tensionesentre los saberes reconocidos por las instituciones educativas adultocéntricas, y otras manifestaciones culturales se acentúan (Soutwell, M., 2006).
Como docentes compartimos escenarios educativos de principios de milenio donde el desaliento estudiantil, propio de quienes tienen poca esperanza de encontrar en las aulas un reto intelectual atrayente, un cuestionamiento genuino o lamotivación intrínseca característica del deseo de saber, se hallan frecuentemente menguados. Con frecuencia percibimos que nada de lo que traemos al aula interesa sinceramente a nadie y que solo la función social de la acreditación mantiene aparte de nuestro alumnado en las aulas. Probablemente también ellos sientan que sus saberes, productos de la cultura contemporánea, no importan a nadie en el marcode la institución educativa. Si son tenidos en cuenta, a lo sumo pertenecen al currículo marginal, muy poco considerado a la hora de las calificaciones.
La vida de los jóvenes en ocasiones trascurre entre dos mundos paralelos, el suyo propio con sus intereses y el del liceo. Si consiguen comprender las reglas de la cultura liceal, acreditar y desarrollar estrategias de supervivencia enambos mundos, podrán atravesar la etapa estudiantil sin mayor trauma. Sin embargo, la falta de puentes institucionales entre la educación formal y no formal es uno de los actuales problemas que afecta el vínculo entre los jóvenes y las instituciones educativas, tiñéndolo de inautenticidad.
Se instala en las aulas una suerte de atención flotante donde nadie parece estar seriamentecomprometido con lo que se está haciendo: temas que se abordan sencillamente porque figuran en el temario de un programa, sin que exista la convicción ética de que merezcan ser enseñados, alumnos que se convierten en repitentes de contenidos, o eternos buscadores de la respuesta justa, aquella que el profesor quiere oír, sin entender cuál es el valor de este acopio de contenidos y todo esto a expensas deldeseo de saber al que refiere Meirie (2002) indispensable para que tenga lugar el aprendizaje.
¿Cómo relacionarnos con las culturas juveniles desde nuestra configuración cultural?
Asistimos a una avasallante revolución de las comunicaciones, advierte Tiramonti, G. (2006) y hemos dejado solos a nuestros alumnos frente a esta revolución.
Estudiar, concurrir a la escuela yluego al liceo constituyó una esperanza para la construcción de la igualdad de oportunidades y una construcción identitaria nacional marcada por rasgos de homogeneidad, sin embargo la enorme diversidad existente entre las condiciones contextuales de inicio de los ciclos escolares y liceales, dejaron al descubierto brechas profundas en un escenario de diversos.
La institución escolar, hasido históricamente la que ha cumplido la función social de difundir una cultura letrada, fundamentalmente a partir de la variedad lingüística de mayor prestigio o lengua estándar. Sin embargo, también la variedad escrita usada en las escuelas suele ser deliberadamente extraña con relación a los dialectos y registros en uso fuera de la escuela.
En el caso del Uruguay, a partir de fines delsiglo XIX y con José Pedro Varela, la escuela pública accede a la demanda social de la educación popular, dejando de ser privilegio exclusivo de una élite de la población para pasar a cumplir, en materia de política lingüística, la función esencial de la difusión del modelo monolingüe español, que recomienda la Ley de Educación Común, como una forma de salva-guardar la soberanía e incentivar...
Mara Silvia Elgue Patiño
Licenciada en Trabajo Social y profesora
de investigación educativa, Uruguay
Chatear, participar de juegos interactivos, compartir con otros jóvenes un sitio en la red, integrar una banda de música, producir artesanías son algunos de los saberes juveniles poco valorados por la escuela.
Las tensionesentre los saberes reconocidos por las instituciones educativas adultocéntricas, y otras manifestaciones culturales se acentúan (Soutwell, M., 2006).
Como docentes compartimos escenarios educativos de principios de milenio donde el desaliento estudiantil, propio de quienes tienen poca esperanza de encontrar en las aulas un reto intelectual atrayente, un cuestionamiento genuino o lamotivación intrínseca característica del deseo de saber, se hallan frecuentemente menguados. Con frecuencia percibimos que nada de lo que traemos al aula interesa sinceramente a nadie y que solo la función social de la acreditación mantiene aparte de nuestro alumnado en las aulas. Probablemente también ellos sientan que sus saberes, productos de la cultura contemporánea, no importan a nadie en el marcode la institución educativa. Si son tenidos en cuenta, a lo sumo pertenecen al currículo marginal, muy poco considerado a la hora de las calificaciones.
La vida de los jóvenes en ocasiones trascurre entre dos mundos paralelos, el suyo propio con sus intereses y el del liceo. Si consiguen comprender las reglas de la cultura liceal, acreditar y desarrollar estrategias de supervivencia enambos mundos, podrán atravesar la etapa estudiantil sin mayor trauma. Sin embargo, la falta de puentes institucionales entre la educación formal y no formal es uno de los actuales problemas que afecta el vínculo entre los jóvenes y las instituciones educativas, tiñéndolo de inautenticidad.
Se instala en las aulas una suerte de atención flotante donde nadie parece estar seriamentecomprometido con lo que se está haciendo: temas que se abordan sencillamente porque figuran en el temario de un programa, sin que exista la convicción ética de que merezcan ser enseñados, alumnos que se convierten en repitentes de contenidos, o eternos buscadores de la respuesta justa, aquella que el profesor quiere oír, sin entender cuál es el valor de este acopio de contenidos y todo esto a expensas deldeseo de saber al que refiere Meirie (2002) indispensable para que tenga lugar el aprendizaje.
¿Cómo relacionarnos con las culturas juveniles desde nuestra configuración cultural?
Asistimos a una avasallante revolución de las comunicaciones, advierte Tiramonti, G. (2006) y hemos dejado solos a nuestros alumnos frente a esta revolución.
Estudiar, concurrir a la escuela yluego al liceo constituyó una esperanza para la construcción de la igualdad de oportunidades y una construcción identitaria nacional marcada por rasgos de homogeneidad, sin embargo la enorme diversidad existente entre las condiciones contextuales de inicio de los ciclos escolares y liceales, dejaron al descubierto brechas profundas en un escenario de diversos.
La institución escolar, hasido históricamente la que ha cumplido la función social de difundir una cultura letrada, fundamentalmente a partir de la variedad lingüística de mayor prestigio o lengua estándar. Sin embargo, también la variedad escrita usada en las escuelas suele ser deliberadamente extraña con relación a los dialectos y registros en uso fuera de la escuela.
En el caso del Uruguay, a partir de fines delsiglo XIX y con José Pedro Varela, la escuela pública accede a la demanda social de la educación popular, dejando de ser privilegio exclusivo de una élite de la población para pasar a cumplir, en materia de política lingüística, la función esencial de la difusión del modelo monolingüe español, que recomienda la Ley de Educación Común, como una forma de salva-guardar la soberanía e incentivar...
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