Chico Semanal
5 SEPTEMBER, 2012 RICARDO GRANDA 1 COMMENT
Estas dos semanas han sido inolvidables. Más allá de los infinitos reencuentros, las trasnochadas obligadas, las comparsasfamiliares y de amigos que se han realizado, porque después de cuatro años y medio ese músculo que no solo bombea sangre sino sentimientos me obligó a volver, aunque sea por unas semanas, a mi país, más alláde del licor inagotable y las risas estruendosas, cierta parte de mi ha descargado un gran peso de sus espaldas. Aun me quedan dos semanas por estas tierras y mi agenda pega gritos lastimeros porque eltiempo se pasa en un latido y no podré encontrarme con todos aquellos que hubiera deseado. Es cierto que una hernia bendita me ha obligado a perder horas valiosas entre clínicas y resonancias, perola alegría del reencuentro ha sido el mejor analgésico para ese dolor físico y pasajero.
Me alegra ver que este país, y no me refiero al Perú, sino a la República Soberana de la casa de mis Padres,ha crecido, antiguas asperezas han quedado en la reminiscencia y, aunque hay baches emocionales que asoman inesperadamente, estos han dejado de ser la norma para convertirse en lo inhabitual. Measombra ver que mis colegas, aquellos vestigios humanos, remedos de personas cuyo única finalidad en la vida eran la chacota y el jolgorio, ahora son seres humanos de bien. No en todos los casos, peronunca debemos olvidarnos de que siempre existe una excepción a la regla. Me conmueve ver que aunque han pasado cuatro años y medio el tiempo se ha detenido y nuestra relación parece no haber tenido unintervalo: en esencia, seguimos siendo los mismos adolescentes de aquella vieja esquina, solo que la marea de los treinta años ya no nos permite empinar el codo en la tienda del chino Juan. Esté dondeesté, él debe estar viéndonos con una sonrisa y esperando que saldemos aquellas deudas de licor que, cuando el bolsillo apretaba, nos vimos obligados a contraer.
El reencuentro con primos y tíos ha...
Regístrate para leer el documento completo.