Chile: la certeza de un pueblo
Por Olga N. Bracco – SEPTIEMBRE 2011
Tras meses de confrontación, el movimiento estudiantil chileno logró interpelar a diversos sectores sociales y articular múltiples demandas rezagadas por el legado neoliberal de los últimos 38 años.
El aumento de la conflictividad social que viene gestándose en Chile desde hace varios meses no tiene precedentes.Manifestaciones multitudinarias y pacíficas y un repertorio amplio y original de acción colectiva, son protagonizadas por diferentes sectores sociales que se revelan frente a las continuidades del legado neoliberal. Demandan una reforma no sólo del sistema educativo, sino también del modelo político y económico.
El punto álgido del conflicto estuvo representado por el paro nacional de 48 horas convocadopor la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) los días 24 y 25 de agosto. Además de los estudiantes y trabajadores sindicalizados, se movilizaron cientos de miles de personas y más de 50 organizaciones sociales y ciudadanas, entre las cuales se destacan aquellas ligadas a los empleados públicos y privados, a la industria y la agricultura, a entidades por la defensa del ambiente, a ladiversidad sexual y a los Derechos Humanos.
Se sumaron a la convocatoria vastos sectores de la clase media que apoyaron la demanda al ritmo de estruendosos cacerolazos. El clima de efervescencia social también estuvo signado por la participación de los jóvenes, quienes organizaron diversas actividades creativas de protesta. Incluso más de 30 estudiantes continúan con la huelga de hambre iniciada haceun mes.
Estas organizaciones, que no se sintieron representadas por ningún partido político, conformaron el “Movimiento Democracia para Chile” y cada una impuso sus propias exigencias, extendiendo los reclamos y poniendo en jaque al sistema. Los dichos tanto de Arturo Martínez -presidente de la CUT que agrupa cerca del 10% de la fuerza laboral-, como de Camila Vallejo -vocera estudiantil y líderde la confederación que agrupa a los estudiantes de las universidades estatales-, avizoran/advierten la transversalidad y diversidad del Movimiento: demandan una reforma previsional, laboral, tributaria, sanitaria, educativa, por el fin del lucro en la enseñanza y, finalmente, por una refundación de la Constitución, vigente desde la era pinochetista.
La respuesta inmediata del gobierno chilenofue la represión y criminalización de la protesta, hechos que despertaron una mayor conmoción social, ya que las jornadas dejaron como saldo un joven muerto y centenares de heridos y detenidos, profundizándose de esta manera la situación crítica de las semanas anteriores. Como consecuencia, la popularidad del presidente Sebastián Piñera se redujo considerablemente y a pesar de su resistencia, luegode los dichos poco felices que apuntaban a deslegitimar al movimiento estudiantil, asociando por ejemplo la toma de los colegios y las marchas callejeras con la violencia, se vio obligado a llamar al diálogo en los últimos días.
“Nada es gratis en esta vida, alguien tiene que pagar”, de lo que se desprende “la educación es un bien de consumo”; “Quiero pedirles a todos los que concurran a estellamado al diálogo que lo hagamos con nuestras posiciones y convicciones, pero con buena voluntad, y con ánimo de resolver el problema y no de agravarlo”; “es una convocatoria que busca construir puentes que nos acerquen a las soluciones y no seguir construyendo muros que nos sigan separando”; “Una cosa es una marcha, y otra cosa es intentar paralizar el país”: Muestra una total des-sintonizacióncon la ciudadanía. Respecto a la caída en la popularidad: También editoriales y columnistas de los diarios El Mercurio, La Tercera o Diario Financiero reconocen que el gobierno no sabe qué hacer, que está a la defensiva y que carece de iniciativa para generar propuestas.
La falta de control de la agenda pública por parte del gobierno comenzó en mayo a raíz de las reivindicaciones puntuales de...
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