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TRATADO CHILE-UNION EUROPEA: EL BRINDIS DE LOS EMPRESARIOS.
Jacobo Schatan

Acaba de aprobarse el amplio Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y el Gobierno de Chile, el cual será definitivamente firmadoen el mes de mayo próximo, previa aprobación por los respectivos Parlamentos. Con base en la todavía escasa información de que ha dispuesto la opinión pública, se puede deducir que este Acuerdo será beneficioso para ambas partes. Para Chile, porque le permitirá acceder sin restricciones a un mercado consumidor de enorme tamaño y gran diversidad, con una serie de productos de origen agrícola,agro-industrial , pesquero y fabril, entre otros incluyendo servicios, muchos de ellos con un valor agregado bastante mayor que el de los “commodities” tradicionales, lo cual se traducirá, seguramente, en un aumento considerable tanto de los volúmenes como de los valores exportados a ese destino. Para la Unión Europea, dado el pequeño tamaño del mercado chileno, la ventaja parece radicarprincipalmente en la posibilidad de, con Chile en primer lugar, iniciar su retorno a la región latinoamericana y establecer un mecanismo de contrapeso al dominio hasta ahora incontrarrestable de los Estados Unidos de Norteamérica, tanto en lo comercial como en lo político.

Al respecto, las palabras de Chris Patten, Comisario de Política Exterior de la UE ( ver El Mercurio, 28 de abril 2002,sección Opinión) son bastante elocuentes: “ ...Estoy convencido de que este Acuerdo de Asociación constituye un hito determinante para el florecimiento de nuestras relaciones con Chile y con toda América Latina...el acuerdo con Chile despeja el camino hacia otro objetivo más ambicioso, que es el acuerdo con el MERCOSUR que actualmente estamos negociando...Por motivos que no vienen al caso, Europa estuvodemadiaso ausente de América latina y ésta de Europa. Ambas regiones sintieron hace tiempo la necesidad de un reencuentro...El tratado con Chile se inscribe en esta estrategia...”

La noción de que América Latina era el “patio trasero” de los EE.UU. – acuñada en esa nación del norte y tolerada por el resto del mundo, aun cuando no por la mayoría de la población latinoamericana - se mantuvoinalterable a lo largo de casi todo el siglo XX. Pero fue hacia mediados del siglo, después de la Segunda Guerra Mundial, con los EE.UU. como única superpotencia del Occidente, tanto en el ámbito militar como económico-financiero, con una Europa muy dañada por la guerra, cuando dicha noción “patio-traserista” se torna aún más fuerte y con ello se incrementa el intervencionismo norteamericanoen los asuntos latinoamericanos. A comienzos de los años 90, al derrumbarse la URSS, los EE.UU. se convierten, de hecho, en la única superpotencia mundial. Pero también es en esa época, los 90, cuando la Unión Europea solidifica su estructura comunitaria, con una serie de acuerdos intra-europeos ( moneda común y otros arreglos importantes), la gradual incorporación a su esfera de los antiguospaíses satélites de la URSS, y una mayor participación en acciones internacionales de carácter global, económicos y políticos. De otra parte, con la controvertida elección del republicano George W. Bush a la presidencia, se acentúan las diferencias de visión sobre las relaciones internacionales entre Europa y EE.UU en una serie de campos. No es de extrañar, entonces, que para la UE sea de tantaimportancia penetrar en el “coto de caza” de su antiguo aliado y rival al mismo tiempo.

Tanto el Gobierno como los empresarios celebraron con júbilo la conclusión del acuerdo con la UE. Estos últimos lo hicieron con champagne , probablemente francés, aun cuando no se descarta que haya sido nacional. Si así fue, todavía podrán seguir haciéndolo por algunos años, ya que, al cabo de cierto lapso,...