Chucho 111
Resumen
1ro- Trato de 4 personajes: Meliton, Faustino, Esteban y el autor, querían tierras donde ellos pudieran sembrar pero les dieron un llano en el que no había siembra, animales para trabajar las tierras, no caía ninguna gota de lluvia y no pegaban los vientos del pueblo. Después de 11 horas pisando la dureza del llano conforme bajaban la tierra se hacía buena, el polvo subía sobreellos como si fuera un atajo de mulas. A ellos les gustaba llenarse de polvo de tanto que habían pisado la tierra, la tierra se hiso blandita. Ellos sentían el ruido del rio y los ladridos de los perros porque el viento ya venía del pueblo y la llenaba de todos los ruidos. Y ahí es cuando por fin llegaron al pueblo.
2do- Empieza cuando los torricos eran amigos delprotagonista, a ellos casi no los querían en el pueblo, pero ellos eran los dueños de las tierras y de las cosas que estaban encima de ellas. Cuando ellos llegaban al pueblo todos se daban cuenta por el ladrido de los perros. De tiempo en tiempo, alguien se iba; atravesaba el guardaganado donde está el palo alto y desaprecian entre los encinos y ya no volvían a parecer ya nunca. Se iban, eso eratodo. El coamil donde el autor sembraba todos los años para sembrar un de maíz para tener elotes y otro tantito de frijol, el coamil se llamaba cabeza de toro. El lugar no era feo; pero la tierra se hacía pegajosa desde que comenzaba a llover, y luego había un desparramadero de piedras duras y filosas como troncones que parecían crecer con el tiempo. Sin embargo el maíz se pegaba bien y los elotesque hai se daban eran muy dulces. Los Torricos que para lo que todo lo que se comían necesitaban la sal de tequesquite, para los elotes del autor no, nunca buscaron ni hablaron de echarle tequesquite a los elotes que era los que se daban en cabeza de toro. Y con todo que las lomas verdes de ahí abajo eran mejores, la gente se fue acabando. No se iban para el lado de zapotlan, si no por este otrorumbo, por donde llega a cada rato ese viento lleno de olor de los encinos y del ruido del monte. Después de que murieron los torricos nadie volvió más por aquí. El autor estuvo esperando. Pero nadie regreso. Primero les cuido las casas; remendó los techos y le puso ramas a los agujeros de sus paredes; Pero viendo que tardaron en regresar, las dejo por la paz. Sentado donde ahora estoy se mirabaclaramente zapotlan. En cualquier hora del día y de la noche podía verse la manchita blanca de zapotlan haya lejos pero ahora las jarillas han crecido muy tupido y, por más que el aire las mueva de un lado para otro, no dejan ver nada de nada. Cuando los torricos venían a sentarse aquí también y se estaban acuclillando horas y horas hasta el oscurecer, mirando para haya sin cansarse, como si ellugar este les acudiera sus pensamientos o el mitote de ir a pasearse a zapotlan. Remigio Torrico era tuerto pero el ojo negro y medio cerrado que le quedaba parecía acercar tanto las cosas, que casi las traía junto a sus manos. Eran los días en que las gentes sacaba de las cuevas del monte sus animalitos y los traía a amarrar en sus corrales, borregos y guajolotes, era fácil ver montones de maíz yde calabazas amarillas amanecían asoleándose en los patios. Luego volvían los torricos avisaban que venían desde antes que llegaran, porque sus perros salían a la carrera y no paraban de ladrar hasta encontrarlos, los ladridos todos calculaban la distancia y el rumbo por dónde irían a llegar. La gente se apuraba a esconder otra vez sus cosas, fue así el miedo que traían los difuntos torricos peroyo nunca llegue a tenerles miedos avises hubiera querido haber sido un poco menos viejo para meterme en los trabajos que ellos andaban me di cuenta aquella noche en que les ayude a robar a un arriero, me di cuenta de que me faltaba algo la vida que ya tenía estaba muy desperdiciada no aguantaba más estirones. Los torricos me convidaron para que les ayudara a traer unos tercios de azúcar. Yo iba...
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