Chus Neira

CHUS NEIRA -¿Qué estabas haciendo cuando saltó Baumgartner? -Estaba twitteando. El hipotético diálogo lo escribió ayer el profesor de la Pompeu Fabra Josep M. Ganyet (@gnayet) en Twitter poco antes de que el austriaco saltara, y en él están implícitas dos cuestiones fundamentales sobre el desafío de Red Bull desde la estratosfera: su configuración inmediata como acontecimiento crucial, del queseguiremos hablando dentro de cincuenta años, y la importancia mcluhiana de la forma en que el mundo vio el ascenso en globo durante dos horas y la caída libre de cuatro minutos y medio.

Los récords analógicos batidos por Baumgartner (salto más alto, máxima velocidad de un ser humano en caída libre en la distancia más larga...) no son nada, en realidad, si los comparamos con los digitales. Pormuy difíciles que resulten de medir.

Las cifras de las que disponemos ahora dicen que la retransmisión en directo y en HD a través de Youtube fue la más vista en la historia de este canal digital, ocho millones de espectadores conectados en «tiempo real» en su minuto de oro, muy por delante del medio millón que había logrado con los Juegos Olímpicos de Londres. Se dirá, claro, que estas cifras notienen nada que ver con las de las televisiones. Pero es que Red Bull también pasó la señal a 50 canales de 40 países y a unas 130 plataformas digitales. Y en esas cadenas el salto de Baumgartner, claro, también fue líder: 4,3 millones de espectadores en Teledeporte (España), más de 6 millones en N-tv (Alemania), 2,3 en ORF (Austria), 2 millones en Argentina...

Y luego está Twitter, donde, sindatos oficiales, ayer se vio cómo hubo momentos en los que Baumgartner copaba la mitad de la lista de los diez «trending topics» (asuntos más comentados) de esta red social; Facebook, otro canal invadido por el reto estratosférico donde, como dato, la fotografía de Baumgartner arrodillado en la página de Red Bull fue compartida 29.000 veces, generó 216.000 «me gusta» y superó los 10.000comentarios en menos de 40 minutos. Incluso Google aportaba ayer la cifra de más de dos millones de búsquedas, sólo en Estados Unidos, con el apellido del austriaco.

Frente a la imagen de una población mundial pendiente de un televisor en blanco y negro para presenciar la llegada del hombre a la Luna (un share de 600 millones en 1969), lo de Baumgartner certifica, en primer lugar, la multiplicación depantallas, como dice Juan Cueto. La audiencia es difícil de cuantificar porque a las cadenas con medidores de audiencia habría que añadir la audiencia en internet, no sólo los ocho millones que vieron el salto en directo en Youtube, sino también los que compartieron imágenes, vídeo, audio o texto en sus tabletas, teléfonos inteligentes o terminales móviles con acceso a la red de cualquier tipo.La información se fragmenta en unidades más pequeñas (la youtubeización de las cosas) y se multiplica por todo tipo de pantallas. El impacto que ha logrado Red Bull es, claro, incalculable. Y es cierto, como me comentaba ayer el profesor Vicente Domínguez, que hubo algo de impúdico en el salto, con ese aterrizaje tan suave y ese arrodillarse delante del fotógrafo que potenciaba aún más el hechocomercial, de marketing, que reina en toda la operación.

Pero, a pesar de todo, lo más interesante es la forma en que Red Bull ha hecho posible la retransmisión en directo y la multiplicación digital de un acontecimiento tan poco trascendente como el del salto hasta lograr la trascendencia mediática. Los motivos de su éxito son varios, pero, en primer lugar, hay que aplaudir el prodigiotecnológico que ha hecho posible este tipo de transmisión, creo que nunca antes puesto en práctica a este nivel; no, al menos, en el ámbito de una operación privada. Como resumen, se puede decir, como explicaba la nota oficial de Red Bull, que la cápsula y el traje de Felix Baumgartner tenían más cámaras HD que una unidad móvil de televisión de trece metros de largo.

En detalle, se puede añadir que la...