Cicerón y la filosofía

Juan Sebastián Hincapié
Curso: El arte de vivir, estética de la existencia Profesor: François Gagin

Comentario sobre fragmento de las disputas Tusculanas de Cicerón.
Los géneros de vida.
Cicerón hace un bello elogio a la filosofía y la sabiduría apelando a la antigüedad e importancia a nivel cultural de estas palabras; la figura de los sabios, aquellos que los griegos llamaron lossiete sophoi serían aquellos según el orador romano que poseían conocimientos sobre “las cosas divinas y humanas” y sobre “los principios y causas de cada cosa”. Los filósofos, herederos de la tradición de los sabios o que buscan llegar a la sabiduría fueron los primeros que ordenaron la vida de los hombres.
El énfasis que es notable en el elogio de Cicerón a la filosofía es en el estilo de vidacontemplativo mencionado por Pitágoras. La disposición del sabio frente a la vida es notablemente distinta a la de los demás hombres que buscan fines distintos al enfrentamiento inocente frente a la existencia, es decir, en la feria con la que Pitágoras compara la vida del hombre, algunos se contentan con el recibimiento de honores, otros se regocijan en su codicia y unos pocos, los más nobles, queencuentran sosiego en el mismo examen de las cosas y su naturaleza. Es en este último género en donde se inscribe el filósofo, el cual aunque sabiéndose ignorante, si se distingue sin embargo por su disposición frente al mundo, teniendo por un fin en sí mismo su asombro por las cosas y su deseo de saber sobre su naturaleza.
Este estilo de vida contemplativo “aventaja mucho a las demásaficiones” o géneros de vida. Podríamos decir que esta disposición contemplativa del filósofo lo pone en una relación no instrumental frente a la realidad lo cual sería el primer paso en búsqueda de la sabiduría, ya Platón y Aristóteles, cada quien a su modo (aunque muy parecidamente después de todo) habían elogiado este género de vida: En el Teeteto Sócrates menciona con júbilo que a los filósofos lespertenece el asombro (θαῦμα). ante la perplejidad de un joven interlocutor atónito por la dificultad de responder a aparentes preguntas sencillas sobre la naturaleza de la ciencia, y Aristóteles en el libro X de su ética a Nicómaco hace una exaltación del estilo de vida intelectual o contemplativo como aquel que mejor se acomoda a los talentos que diferencian al ser humano del resto de las criaturas,a saber, el uso y el cultivo de la razón, de forma autosuficiente.
Ambas referencias apuntan a un mismo elogio de la ida filosófica en cuanto asombro frente a la existencia y en cuanto una vida excelente y diferenciada de una vida común y ordinaria. El asombro del filósofo, thaumasein, lo pone de inmediato en un estado de apertura frente a la búsqueda de la sabiduría, pues si partimos de unadisposición sin asombro, y con vistas a sacar un provecho vano de toda situación vemos que se esfuma la posibilidad de elaboración de preguntas (motor de la empresa filosófica, diría) y evidentemente de una reflexión sincera de las cosas tomadas en sí mismas.
La genial analogía de Pitágoras citada por Cicerón, invita a una reflexión en torno a las motivaciones originales del filósofo, cuya figuraen la antigüedad siempre fue dibujada con asombro pues se trata de un estilo de vida paradigmático y marcadamente distinto del común de los hombres.
Existe indudablemente un deseo primigenio del filósofo de desatarse de los géneros de vida pasivos de la razón y la nobleza del discurso libre de actividades productivas, es decir, busca de un ocio que le permita ejercer a cabalidad sus talentos.Asiste a la feria o espectáculo de la existencia con ojos de niño, en tanto que debe poseer un asombro frente a las cosas para poder tender a ellas de forma contemplativa. “no desea nada para sí” el filósofo, se menciona en la última parte del fragmento de Cicerón, en tanto que no le interesan la gloria, la fama o el dinero, sino la sabiduría que supondría en este sentido un abandono, darle la...