Ciencia propia y colonialismo intelectual

CIENCIA PROPIA Y COLONIALISMO INTELECTUAL

No es de sorprender, para propios y extraños que la figura de Orlando Fals Borda descolle con mucho en el firmamento de la sociología en Colombia y América Latina, para muchos como un intelectual probo y científico y para otros que no son pocos, como un revolucionario, y no es que, en mi opinión, tanto Tirios y Troyanos o Montescos y Capuletos, esténequivocados, en efecto a mi parecer, las características que identifican la obra de Fals Borda es todo eso, intelectual, científica y revolucionaria, su obra Ciencia Propia y Colonialismo Intelectual, es muestra irrefutable de ello y en ella plantea lo que el denomina una propuesta de “hacer ciencia guerrillera, aplicable no solo a lo social y económico, sino también a lo físico, exacto ynatural”[1]
Esta postura resalta a la vista luego de la publicación del denominado “Informe Rockefeller” publicado en 1969, en el que se plantea una nueva política exterior hacia los países de América Latina, pero que deja entrever unas implicaciones políticas y económicas basadas en la conveniencia de su aplicación a solo un pequeño grupo de empresarios y de ciudadanos de clase media de los Estados Unidosde Norteamérica, que van contradictoriamente, a contrapelo de los presupuestos éticos y morales que defiende la sociedad norteamericana, léase la gente común y corriente, incluyéndose entre estos el apoyo a gobiernos dictatoriales y represivos, el favorecimiento a los grupos poderosos tradicionales (ligados a los intereses norteamericanos) aumentando el desempleo y la pobreza, el combate a filacerrada contra las fuerzas revolucionarias que promueven el necesario cambio social y económico, y el apoyo, refuerzo o imposición de ejércitos para proteger los intereses imperialistas o luchar contra la insurgencia.
Esta posición del gobierno norteamericano que no busca otra cosa que la homogenización de América Latina (cualquier parecido con la globalización actual de seguro no es puracoincidencia) para defender los intereses particulares de unos pocos, provocó que la comunidad intelectual de América Latina realizara un análisis de la política propuesta encontrando las contradicciones antes mencionadas y los intereses creados, a lo que sobrevino un “llamamiento” o una invitación por parte de dicha comunidad a crear una ciencia propia que fuese capaz de dar cuenta de la problemática dela América Latina, desligándose de la tradición Norteamericana y Europea, de la cual solamente habíamos sido imitadores o transmisores de dichas normas científicas de la ciencia universal “exportada” por ellos.
Dicha invitación exhortaba a “descartar nuestro complejo de inferioridad…a crear nuestros propios grupos de referencia, a trabajar con nuestros materiales y realidades, tratando dearticular nuestras respuestas con formulas, conceptos y marcos de referencia de aquí mismo”[2]
Es bastante seductora la idea de una ciencia rebelde y subversiva, que dé cuenta de los problemas propios de nuestros pueblos con una temática, por demás, diferente a la impuesta por otras latitudes, que generalmente distan mucho de las necesidades de resolución de nuestros pueblos. Sin embargo llegados aeste punto se hacía necesario advertir que esta ruptura con la ciencia tradicional traería consigo el abandono total por parte de las instituciones que antes subvencionaban de la mejor de las maneras las investigaciones y estudios, que a bien tuvieran la suerte de realizar, por lo que se entiende que “los años que siguen no serán fáciles para aquellos que escojan la vía de esta ciencia rebelde ysubversiva: no habrá para ellos fondos ni fundaciones corrientes, ni cargos seguros, ni títulos pomposos, ni premios, ni prebendas. Habrán de ser así doblemente ingeniosos, porque tendrán que crear no solo una ciencia insurgente sino una ciencia humilde, para pobres, una ciencia sencilla, sin diseños estrambóticos ni complicaciones innecesarias, pero útil para los fines que se persiguen”[3]
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