ciencia

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-Se mantenía con los ojos cerrados y mirando el cielo, por algún motivo siempre miraba el cielo cuando era de noche ya que las estrellas eran una de lascosas que más le gustaba observar. Al sentir un suave contacto de su mano con la propia esbozó una dulce sonrisa y sostuvo aquella mano que al mayor pertenecía. Al sentir aquel sonido se asustó un poco por lo que se apegó bastante al respaldar de su asiento. En cuanto el contrario estacionó el vehículo de inmediato se puso a observar aquel sitio por las ventanas, le había parecido un lugar bastantebonito por lo que una amplia sonrisa apareció instantáneamente en su rostro. Luego de la llamada que su ajeno realizó lo miró sin quitar la sonrisa de sus labios, y luego de unos cuantos segundos se quitó el cinturón de seguridad para poder bajarse del automóvil.-
─Antes de entrar a dicho lugar entrelazó sus dedos sin pedir permiso alguno, decidido y firme ante la idea de enlazarlos con los de sunovio. Lo dejó entrar primero sin quitar su mano y sin separarse mucho miró todo aquel lugar conocido a su vista. Había cambiado demasiado, pero siempre mantenía aquella idea original de los dueños. Por fuera una choza con muy mala pinta mientras que por dentro era todo lo contrario. Paredes con lienzo blanco y unas inmensas ventanas de cristales cubiertas por unas cortinas de seda totalmenteblancas, que en las esquinas se abrochaban con un tipo de cinta gruesa dorada. Vio aquellas mesas y todas eran de dos, sitio obviamente oficial. Sonrió de medio lado aferrando su mano a la suya y como si nada pasó y corrió una de las cortinas en una ventana, encontrando una larga escalera con alfombra gris y en el medio blanco. Lo condujo hacia donde iba sin soltar el agarre en sus dedos. Al irsubiendo soltó su mano con delicadeza para rodear sus hombros con su brazo y subir─.

-En el momento en el que sintió los dedos ajenos entrelazarse a los propios lo miró esbozando una dulce sonrisa. Aquello le había gustado bastante y sosteniendo la mano del mayor, caminó hacia la entrada del lugar. Entró primero sin soltar la mano contraria y ya dentro observo cada rincón, sonriendo y asombrado antela elegancia del sitio. Caminó a su lado observando aquel sitio al que jamás antes había ido, al hallarse frente a la escalera miro ésta desde abajo a arriba y curioso de saber que encontrarían comenzó a subir los escalones aferrado a la mano de su novio. Casi a mitad de la escalera abultó su labio inferior en un leve puchero, productor de no sentir la mano de quien iba a su lado, aunque aquelgesto no duró ya que muy pronto sintió el brazo de su pareja rodear sus hombros; aquello le gustó bastante por lo que no evitó volver a sonreír a medida que subían.-
─No podía despegar la vista de el camino que recorrían al subir. Su brazo se bajó hasta abrazar la cintura ajena y así abrir la puerta lentamente. Besó aquel puchero de forma inmediata y rápida sonriéndole con dulzura y picardía a lavez. Al abrir aquella puerta frente a sus ojos una mesa con un delicado mantel blanco y unas cuantas velas. Estaban en la terraza de aquel local. Unas sillas a ambos costados de la mesa y varios platillos cubiertos con una especie de caparazón de aluminio. Se podía respirar tranquilidad desde ese punto mientras las luces y las estrellas sólo hacían un ambienta más y más agradable─. Ven amor..─Dijosuavemente guiándolo a la mesa para apartar la silla y sentarlo con delicadeza. Sintiéndose como en las películas, en realidad, vergonzoso por que nunca antes había echo eso. Se sentó frente a él y le sonrió concentrándose en su mirada─.

-Se apega un poco más al mayor en el momento en que la mano de éste llega a su cintura. Mientras abría la puerta se fue asomando, curioso de saber que hay...