cienciA
un popular juego de realidad virtual… Michael es un hacker de Red Virtual, el adictivo juego
de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes. Allí tiene amigos de verdad: Sarah y
Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas pueden
exprimir al máximo laplataforma y vivir experiencias al límite. Sin embargo, la diversión
acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael… Su objetivo: que les ayude a detener a un
jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.
James Dashner
El juego infinito
La doctrina de la mortalidad 1
ePub r1.0
Banshee 24.05.14
Título original: The Eye of Minds
James Dashner, 2013
Traducción: VerónicaCanales
Ilustración de cubierta: Kekai Kotaki
Editor digital: Banshee
ePub base r1.1
Dedico este libro a Michael Bourret y a Krista Marino,
por hacer realidad mi sueño profesional
y premiarme con su amistad
1
El ataúd
1
Michael se dirigía a una chica llamada Tanya, hablando contra el viento.
—Ya sé que ahí abajo hay agua, pero también podría haber cemento. Quedarás hecha puré encuanto caigas.
Pese a que no era la frase más acertada para persuadir a alguien que quería quitarse la vida, sí era
la pura verdad. Tanya acababa de subirse a la barandilla del Golden Gate, los coches pasaban
zumbando por la carretera, y estaba inclinada hacia atrás, hacia el vacío, con las manos crispadas en
torno a un poste húmedo por efecto de la neblina. Aunque Michael consiguieraconvencerla para que
no saltara, sus dedos resbaladizos podían acabar tirándola de todos modos. Y entonces se haría la
oscuridad. Se imaginó a algún pobre pescador convencido de que por fin había atrapado el pez más
grande y que, al recoger la caña, se llevaría una desagradable sorpresa.
—Déjate de bromas —respondió la temblorosa chica—. Esto no es un juego. Ya no.
Michael se encontraba dentro de laRed Virtual, el Sueño, para las personas que entraban con tanta
frecuencia como él. Estaba acostumbrado a ver a gente asustada allí. Mucha gente asustada. Sin
embargo, bajo ese miedo, solía subyacer, por lo general, la conciencia. La conciencia de que, ocurriera
lo que ocurriese en el Sueño, no era real.
No obstante, no era así para Tanya. Tanya era distinta. Al menos su aura, su álter egosimulado por
ordenador, lo era. Su aura tenía mirada de pirada, de puro terror, lo que de pronto hizo que Michael se
estremeciera; le hizo sentir como si fuera él quien estaba al borde de aquella interminable caída hacia
la muerte. Y no es que al chico le gustara mucho la muerte, simulada o no.
—Sí que es un juego, y tú lo sabes —dijo más alto de lo que hubiera deseado; no quería
sobresaltarla.Pero se levantó un viento frío que pareció atrapar sus palabras al vuelo y arrojarlas con
fuerza a la bahía de abajo—. Vuelve aquí y hablemos. Ambos conseguiremos los puntos de
experiencia, y podemos ir a explorar la ciudad y conocernos. Encontraremos a un par de locos a los
que espiar. A lo mejor hasta podemos hackear el programa para conseguir comida gratis de las
tiendas. Lo pasaremos bien.Y cuando hayamos terminado, localizaremos un portal para ti y te
elevarás de regreso a casa. Podrás descansar del juego durante un tiempo.
—¡Esto no tiene nada que ver con Sangre vital! —le gritó Tanya. El viento le agitaba la ropa y el
pelo negro le ondeaba a la espalda como la colada tendida en una cuerda—. Tú vete y déjame en paz.
No quiero que tu cara de niño bonito sea lo último que vea.Michael pensó en Sangre vital profunda , el siguiente nivel del juego, la meta entre metas. Donde
todo era mil veces más real, más avanzado, más intenso. A él le quedaban todavía tres años para
ganarse el acceso a ese lugar. Tal vez dos. Sin embargo, en ese preciso instante, necesitaba convencer
a esa colgada de que no saltara para reunirse con los peces o de lo contrario lo devolverían a...
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