Ciencias sociales
En estos tiempos [de furia] todo tiene que ser absoluto, radical, total. Es que, claro, no debe quedar títere con cabeza. La gracia de todo esto es que no puede haber espaciopara las zonas grises: o estás conmigo, con mis causas y temas, o estás del otro lado del río y eres mi adversario sin ambages y tarde o temprano caerás en desgracia o, qué mejor, en los reinos delostracismo. De ser este el caso me reservo el derecho a demolerte, a triturarte, de echarte encima toda la maquinaria de la patria. Tampoco es lícito -o conveniente- que haya medias tintas: debemosllevar todo (y a todos, por supuesto) al extremo, poner al competidor contra las cuerdas (y seguir golpeando) y empujarlo fuera del cuadrilátero. Si fuera necesario -casi siempre lo es- se debe aplicar sindiscreción toda la fuerza de la degradación, de la vergüenza, de la deshonra en plena plaza pública. En este aspecto tampoco conviene que haya benignidades ni calorcillos: es preciso que todo seacinematográfico, de enorme escala, grandilocuente. No hay lugar para tibiezas, ni para términos medios. La disidencia debe ser atenazada con todo el peso de la ley, para sentar ejemplo, para que no quepaposibilidad alguna de oposición. Solamente debe primar lo absoluto, lo incondicional, lo categórico. Cualquier amago de disidencia o de diferencia deberá ser diluido de inmediato, antes de sugerminación, incluso antes de su misma gestación. Todo debe ser llevado a extremos, de una forma en que existan solamente partidarios ciegos, obedientes y no deliberantes, que reciten los catecismosnacionales, o enemigos a demoler. No deben quedar vestigios de moderación (y esto es fundamental). No debe haber ni siquiera restos arqueológicos de ponderación o mesura, de ninguna clase. Es de la esenciaque todo sea radical, medular, cardinal y hasta las últimas consecuencias. Se debe privilegiar el histrionismo, hay que fusilar al sentido común (de espaldas, con los ojos vendados y sin derecho al...
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