ciencias sociales

El inicio de clases fue con paros, como los últimos años. El gobierno hizo propuestas inaceptables a los docentes, a pesar de la supuesta bonanza petrolera. Bien Stella Maldonado y Roberto Baradel, que no aflojaron con reclamos docentes.
EMILIO MARÍN
Los sindicalistas suelen ser criticados por sus bases y por amplios sectores sociales. A muchos de ellos, no todos, se les cuestiona tener pococontacto con sus afiliados, hacer negocios empresarios, vivir como ricos y transar con las patronales, entregando parte del salario o las condiciones de trabajo de quienes deberían representar. La llamada burocracia sindical ha tenido y tiene varios íconos por todos conocidos, viajen en avión o en camión.
Afortunadamente no todos los sindicalistas son de esa escuela. En el fondo de la historia,muchos de los buenos fueron muertos por la represión (Atilio López, por las AAA, y René Salamanca y Jorge Weisz, por la dictadura) o por enfermedades no curadas en la clandestinidad (Agustín Tosco). Actualmente, y sin ninguna pretensión de comparar con esos referentes históricos, hay varios sindicalistas que se pueden rescatar. Es una buena noticia, como para desmentir el latigazo de que "son todosvendidos".
No son todos traidores. Y el accidentado comienzo de las clases ha permitido comprobarlo. Hubo quienes se mantuvieron firmes en el reclamo del 42 por ciento en la Paritaria Nacional Docente: la Ctera, dirigida por Stella Maldonado y el Suteba de Roberto Baradel, ubicados en la CTA de Hugo Yasky, junto a otros gremios del sector (Sadop, UDA, Amet y CEA pertenecientes a la CGT de AntonioCaló).
Maldonado y Baradel pedían un inicial de 4.800 pesos y les ofertaron a nivel nacional un 22 por ciento en tres cuotas, la última a percibir en noviembre de 2014, con 2.000 pesos en concepto de presentismo, a cobrar en dos cuotas. Así el sueldo del docente quedaba por debajo del salario mínimo, vital y móvil de algo más de 3.600 pesos, que el gobierno presume de ser el más alto de laregión. Lo es, pero insuficiente para un trabajador.
Haber dicho que no a esa oferta, transmitida por los ministros Jorge Capitanich, Axel Kicillof, Carlos Tomada y Alberto Sileoni, puso a Maldonado y Baradel en un lugar digno, de sindicalistas que no aceptaban cualquier cosa. Lo suyo fue meritorio porque la pequeña Stella y el voluminoso Roberto son gremialistas cercanos al gobierno, al que lereconocen méritos en materia educativa y en otros órdenes de la gestión política. Pero igual dijeron que no. No transaron.

No subestimar a docentes.
Aquellos ministros, más Daniel Scioli y otros mandatarios provinciales han subestimado la capacidad de resistencia de los sindicalistas docentes y sus bases. Han partido de la errónea política enunciada por la presidenta en su discurso del 1 de marzo alinaugurar el 132° período de sesiones del Congreso, cuando ratificó esa oferta insuficiente y anunció el regreso del presentismo -que da urticaria, dijo- por el alto índice de licencias.
Esa subestimación y en cierto modo provocación hacia los maestros terminó en un paro general de dos días, que en muchas provincias se extendió a tres. Y en el caso de Buenos Aires, no sólo Suteba sino también laFEB de Mirta Petrocini -golpeada por una patota en medio de la frustrada negociación- han adelantado que si Scioli no mejora su propuesta, el lunes 10 tampoco habrá clases. 
La jefa de Estado dijo en el discurso que no podía ser que cada comienzo de año hubiera el mismo problema, proponiendo posponerlo para junio de cada ciclo lectivo. Se confundió de blanco. El problema no son los docentes sinolos magros salarios que perciben, con ocho distritos donde se percibe ese piso mínimo de 3.416 pesos que los gremios querían subir hasta la módica suma de 4.800 pesos.
Los ministros ofertaron un 9 por ciento más, pero no dentro de la pauta anual que se negociaba, sino para marzo de 2015, para un lapso extendido a junio de ese año. "Estamos negociando este año", le dijeron a Capitanich. "¿Usted...