ciencias

Departamento de Orientación

Carmen Posadas, Sophie Courgeon. A la
sombra de Lilith “En busca de la igualdad
perdida”
Editorial Planeta. Barcelona 2004. ISBN 84-08-05414-7
Capítulos 2 y 3 uso exclusivo para la asignatura de psicología

CAPiTULO II
Una derrota histórica
Una familia de Cro-Magnon realiza las tareas cotidianas [...]. Un hombre hace
fuego girando un palo y otro fabricainstrumentos de piedra. Una de las mujeres
lleva una piel al refugio, y otra cuida de un niño recién nacido.
Vida prehistórica (Anaya, 1995)
Las nuevas generaciones tienen la suerte de aprender a vivir en una sociedad encaminada
hacia la igualdad entre los hombres y las mujeres. Sin embargo, sus manos infantiles siguen
hojeando libros educativos que no siempre han integrado esta evolución ycuyas imágenes
y leyendas no se alejan mucho de las que nosotros descubríamos a su misma edad. En
aquellos libros de Historia, que también nos contaban las hazañas de los grandes héroes de
la nación (Napoleón, Bolívar o el Cid Campeador, dependiendo del caso), nos enterábamos
de que los chimpancés del zoo adonde nos llevaron una vez nuestros padres eran primos
nuestros, y nuestros ojos fascinadosdescubrían en una doble página cómo aquel mono
distinto se fue irguiendo a lo largo de los milenios para terminar pareciéndose a nuestro
vecino, el alto del 4º C. Al Iado de la reproducción de una pintura rupestre de Altamira
(aprendíamos una nueva palabra: rupestre), unas estampas escenificaban la vida cotidiana
de aquellos hombres vestidos con pieles, una vida que al fin y al cabo separecía bastante
a la nuestra, a pesar de los miles de años que las separaban. Papá Cromañón sentado en
el suelo frotaba dos piedras y conseguía el milagro del fuego.
Al Iado, Papá Cromañón otra vez, ahora rodeado de valientes compañeros, dirigía su lanza
hacia un mamut peligroso. En otra viñeta, Mamá Cromañón, acuclillada en la puerta de la
cueva con sus amigas, curtía pieles mientras un montón deniños desgreñados correteaban
a su alrededor. Y en nuestras moldeables mentes infantiles, se grababan unas
representaciones que tardarían años en borrarse, si es que se borraban algún día. Papá
Cromañón era un ingenioso inventor, de cuyas manos hábiles surgió el fuego que calentaría
la fría cueva familiar a la vez que impulsaría la fantástica evolución de la especie humana;
era el intrépidocazador que arriesgaba a diario su vida para mantener a su familia, mientras
Mamá Cromañón le esperaba dedicándose a sus labores y velando por el bienestar de sus
hijos, resignada esposa y madre eterna.
Los cromos de nuestra infancia poco tenían que ver con la realidad de nuestros abuelos
paleolíticos, pero sí mucho con los esquemas patriarcales que impregnaban nuestra propia
realidad einfluenciaron durante largo tiempo la investigación científica. Durante siglos nadie
se planteó la posibilidad de que, en otros tiempos o en algún rincón remoto del planeta,
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hubiera podido existir una organización social radicalmente distinta a la que se conocía ose
adivinaba en los archivos históricos.
Éste era un mundo en el que el hombre -el varón- dirigía ejércitos y reinos,inventaba la luz
y descubría el átomo, escribía libros, componía sinfonías y pintaba obras maestras, un
mundo centrado en él, el astro resplandeciente alrededor del cual giraban unos satélites sin
luz propia, madres, esposas y amantes, hijas, primas y hermanas. Pero empezaron a
aparecer fisuras en el edificio milenario. Las mujeres estaban consiguiendo derechos y
libertades que hasta entoncesquedaban reservados al hombre. Entraban en las aulas
universitarias e ingresaban en el mundo de la investigación. Fue entonces cuando cambiaron
las reglas del juego. Las antropólogas, paleontólogas, arqueólogas e historiadoras se
preguntaron lo que sus predecesores nunca se habían preguntado: ¿por qué, si el modelo
patriarcal era el único que había existido siempre en la Tierra, tantas...