Cigarra Y La Hormiga
Había una vez una cigarra que era muy holgazana, pero que cantaba maravillosamente. Cantaba a todas horas y en todolugurar. A veces se sentaba en el patio de su casa y veía a su vecina, la hormiga, que trabajaba sin parar.
No se cansa vecina de estar todo el díaalmacenando granos - le preguntaba la cigarra, bien cómoda en su hamaca. La hormiga la miraba con cara de enojo.
Un dia no vas a tener que comer. Tealimentaras entonces con canciones – le decía.
Algunas noches se reunían a orillas de la laguna y se divertían cantando y bailando. Pero al día siguienteya estaba la hormiga con su carga a cuestas. Así pasó el tiempo y llego el invierno. Un invierno frio y lluvioso como nunca se había visto. La cigarratiritaba en su casita en la que ya casi no tenía leña para calentarse y los pocos bocaditos de comida se estaban acabando.
En la casa de enfrente,su vecina, sentada y muy abrigadita, saboreaba un plato de maíz recién tostado. La cigarra no tenia aliento ni para cantar un valsecito. Entonces, conlas pocas fuerzas que le quedaban decidió ir a la casa de su vecina. Cuando la hormiga la vio en ese estado, aprovecho la ocasión para hacerle todauna lista de reproches, hasta que de pronto vio que de los ojos de la cigarra caían dos gruesos y helados lagrimones… la hormiga la miró y, mientrasabría de par en par la puerta, le dijo: -adelante… es tan triste el invierno sin tus canciones.
La cigarra se sintió agradecida y prometió trabajar.
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