Cinco pasos para alimentar al mundo
Las actividades agropecuarias se cuentan entre uno de los factores que más contribuyen al cambio climático, ya que emiten más gases de efecto invernadero que todos loscoches, camiones, trenes y aviones juntos, principalmente por el metano que desprenden el ganado y los arrozales, el óxido nitroso de los cultivos fertilizados y el dióxido de carbono derivado de talar bosques para cultivar la tierra o criar ganado. Asimismo son las principales consumidoras de nuestras valiosas reservas de agua dulce y una importante fuente de contaminación, ya que los fertilizantes yel estiércol transportados por la escorrentía alteran el frágil ecosistema de lagos, ríos y costas en todo el mundo. Además, la agricultura y la ganadería aceleran la pérdida de biodiversidad. Cuando despejamos praderas o talamos bosques para destinar el suelo a usos agropecuarios, perdemos hábitats de vital importancia, por lo que estas actividades son uno de los principales motores de laextinción de especies salvajes.
Los cambios medioambientales causados por el sector agropecuario son enormes y no hacen más que aumentar en todo el mundo, a medida que la necesidad de alimentos se vuelve más acuciante. Para mediados de siglo probablemente tendremos 2.000 millones de bocas más que alimentar, cuando la población mundial alcance los 9.000 millones. Pero esta no es la única razón por laque necesitaremos más comida. La difusión de la prosperidad en todo el globo, en especial en China y la India, está impulsando una mayor demanda de carne, huevos y lácteos, lo que a su vez incrementa la presión para producir más maíz y soja destinados a piensos para el ganado vacuno, porcino y avícola. Si estas tendencias se mantienen, el impacto doble del crecimiento poblacional y las dietas conmayor componente animal nos obligarán prácticamente a duplicar la producción agrícola para 2050.
lamentablemente, el debate sobre el mejor modo de alimentar a la creciente población mundial se ha polarizado y se ha convertido en un enfrentamiento entre la agricultura convencional y el comercio mundial, por un lado, y las granjas ecológicas y la producción local, por otro.Los partidarios de laagricultura convencional dicen que la mecanización, el riego, los fertilizantes y las mejoras genéticas pueden aumentar la productividad para ayudar a satisfacer la demanda. Y tienen razón. Por su parte, los defensores de la producción ecológica y local sostienen que los pequeños agricultores de todo el mundo pueden incrementar notablemente su productividad (y salir de la pobreza) si adoptantécnicas que mejoren la fertilidad sin recurrir a abonos y pesticidas sintéticos. Y también tienen razón.
Pero no es necesario elegir una cosa o la otra. Los dos enfoques ofrecen soluciones muy necesarias, y ninguno de los dos es suficiente por sí solo. Deberíamos considerar todas las buenas ideas y aprovechar lo mejor de los dos mundos.
Tuve la suerte de dirigir un equipo de científicos cuyo cometidoera estudiar un problema muy simple: ¿cómo duplicar la producción mundial de alimentos y reducir al mismo tiempo el impacto medioambiental de las actividades agropecuarias? Tras analizar cantidades ingentes de datos, propusimos cinco pasos que podrían dar respuesta al dilema de la alimentación mundial.
PASO 1 Congelar la huella de la agricultura
Durante la mayor parte de la historia,siempre que hemos necesitado producir más comida, simplemente hemos talado bosques o arado praderas para crear más explotaciones agrícolas y ganaderas. Ya hemos despejado una superficie comparable a la de América del Sur para cultivar la tierra. Y para criar ganado, hemos ocupado un área del tamaño de África. La huella de la agricultura y la ganadería ha causado la pérdida de ecosistemas enteros...
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