Cine En Los Cuentos De Horacio Quiroga

Imaginación y sutura como montaje en los cuentos cinematográficos de Horacio Quiroga.“Lo que conocemos no es el mundo en sí, es el mundo con nuestros conocimientos”.
El cine o el hombre imaginario, Edgar Morin

Una primera indagación en el universo fantástico que ofrecen las historias de Horacio Quiroga está dada por la imagen entendida como potencia dialéctica, o sea,como anomalía que interrumpe el continuum en la cotidianeidad de sus personajes. En los cuentos relacionados con el cine y la ciudad, a diferencia de los relatos regionalistas, esta imagen –dialéctica– la mayoría de las veces es una espectralidad de origen lumínico eléctrico, una inestabilidad del ensamble científico-experimental. Sentida también como vibración, en tanto “luz que vibrainfinitamente”, tal como indica Guillermo Grant, el protagonista de “Miss Dorothy Philliph, mi esposa”, cuando dice sentirse “un pobre mortal [sacudido] de la cabeza a los pies, cuando una hermosísima muchacha [le] tiende por una hora su propia vibración personal al alcance de la boca”. Esta especie de hipnosis erótica es posible no solo por el referente femenino, sino además por la potencia que otorga laimagen cinematográfica; la proximidad de los primeros planos, sumados a la imagen en movimiento son características que dan cuenta del vuelco que significó el cine en la conciencia del hombre moderno, un modo nuevo de concebir la organización sobre el espacio y el tiempo. La modalidad de representación es ahora puro movimiento, simultaneidad y velocidad, por lo que los cambios de percepción que seexperimentan traen –como nunca antes– una alteración en las apreciaciones sobre la escala humana.
Daniel Bell plantea, respecto a lo anterior, que en el siglo diecinueve por primera vez los hombres pudieron viajar más rápido que a pie o en un animal, y que conocieron la sensación de una sucesión de imágenes y de un paisaje cambiante (58). Esta nueva percepción, posibilitada por la modernizaciónde las ciudades, la velocidad de los medios de transporte y las tecnologías, incide en el imaginario y en el modo con que el hombre se venía representando. Así es como Guillermo Grant cuenta que el cinematógrafo lo lleva a vivir “una vida de día en [su] oficina y el ambiente normal de Buenos Aires y la otra de noche, que se prolonga hasta el amanecer”; de ahí también que la electricidad alcance unlugar central en la transformación radical del mundo que se experimentó en las metrópolis durante las primeras décadas del siglo veinte.
Esa doble faz de las vidas de Grant, una dada por su “asiduidad al cine” y la otra por su condición de oficinista, es útil para pensar en cómo las imágenes afectan el lugar ontológico de quienes las reciben. Al pensar la imagen como una virtualidad que notiene un lugar asignable, de una vez y para siempre, sino que ella “puede ser al mismo tiempo material y psíquica, externa e interna, espacial y de lenguaje, morfológica e informe, plástica y discontinua” (Didi Huberman 149), es que se puede pensar una constelación de paradigmas sobre la representación. Debido a ello es que Walter Benjamin anunció que “la imagen es la montadora por excelencia” y sepreguntó por la función desterritorializante de estos procedimientos (150).
Pero despertar a esa infinitud en la representación produce inevitablemente un ‘vértigo’, debido a que ello implica la suspensión de un continuo( Advertimos que esa idea de continuidad es aplicada por Benjamin en su crítica al relato lineal de la Historia.); una “pequeña felicidad” incómoda, que a veces “marea” como dice...