Cine

Alejandro Gonzáles Iñarrito dejó ir la oportunidad de demostrar con “Biutiful” que además

de ser un director dotado y talentoso, también es un hombre sensible y sabio, capaz de

explicar la naturaleza humana a través de cuentos, de historias. Iñarritu le dio la espalda a la

posibilidad de ser eso que ha pretendido ser por diez años: un artista.

“Biutiful”, su cuarta película, tienemomentos que igualan la virtud de clásicos inapelables

como “El ladrón de bicicletas” de Vittorio De Sica o “Los Olvidados” de Luís Buñuel. Hay

secuencias, pasajes, donde Iñarritu revela un humanismo inédito en su obra, donde tiene la

lucidez de un poeta, de un escribidor.

Pero el ego del hombre ha opacado la sensibilidad del artista. El señor Iñarritu es un

director cegado por supropia vanidad. “Biutiful”, esa hermosa promesa de película, es

castigada con severidad por la incapacidad del director mexicano para mirar de forma

crítica su trabajo y quitar lo que está de más.

Alguien le debió contar a Iñarritu esa anécdota donde Ernest Hemingway arrancó páginas

del manuscrito original de “El Viejo y el Mar”-que con sus noventa páginas es uno de los

relatos pilaresde la literatura del siglo pasado y obra maestra de su autor- para dejar sólo lo

esencial, lo que valía la pena contar.

Iñarritu traiciona todos esos momentos extraordinarios, que como oasis esparcidos en un

desierto, van apareciendo a lo largo de su película. Iñarritu intenta hacer grandilocuente una

historia que debió ser contada con sencillez y calidez.

Traiciona también a supersonaje principal. La de Uxbal es una única y preciosa historia

sobre redención, amor a los hijos, esperanza, la contradicción que habita el alma de todos

los hombres y el miedo a ser olvidados, a dejar de pertenecer al mundo.

Iñarritu, autor por primera vez de su propio guión, inventa a Uxbal y nos regala un

personaje entrañable del que queremos ver una película que nunca se nos dejaver.

Distraído buscando llenar su película de “significado”, de “importancia”, de “belleza”, al

desafortunado director se le escapa entre las manos el relato que debió llenar la pantalla de

principio a fin.

Porque ésta película vale la pena cuando Uxbal está a cuadro, cuando a través de los ojos

de un inconmensurable histrión se nos deja presenciar la náusea que significa vivir y enconsecuencia morir con cada segundo que pasa.

Si el admirado Alejandro Gonzáles Iñarritu decidió ambientar su cinta en Barcelona y

no en México para que así Javier Bardem pudiera participar en ella, no cabe hacer ni un

solo reproche, pues Bardem, uno de los mejores actores del mundo, nunca ha estado tan

emotivo y vulnerable, nunca ha sido tan humano y real al punto de dejarnos oírel latir de su

corazón.

Pues en “Biutiful” hay momentos tan sinceros que resultan mágicos: Uxbal abraza a su hija

y escuchamos de pronto como su pulso cardiaco se acelera, se trata del sonido del corazón

de Bardem, que al rodar la escena accidentalmente apretó el micrófono a su pecho. Iñarritu

con sabiduría incluyó ese accidente que es el momento más real y fantástico de su película.También traiciona a Bardem, al incluirlo en un reparto de actores no profesionales que

con calidez y soltura ofrecen interpretaciones interesantes, pero nunca están a la altura del

enorme esfuerzo que el actor hace es esta cinta.

Hay que decir y repetir que Bardem se desgarra el alma haciendo a Uxbal y agregar que

el hecho de que “Biutiful” sea una película que puede verse coninterés es mérito en gran

medida del actor español. Porque Bardem y su personaje es el agua en el desierto narrativo

que es “Biutiful”, pero Uxbal es posible también gracias al director que en primera

instancia lo imaginó.

Es por eso que “Biutiful” no significa una asignatura reprobada en la carrera del director,

al contrario, es un paso gigantesco. ¿Hacia dónde? Hacia el sitio dónde...