cine

T
oda historia del cine comienza siempre evocando el espectáculo maravilloso de esas sombras que danzan con la luz, con cierta frecuencia algunas de ellas se remontan a la prehistoria de lassombras chinescas[Pie de página] o en mayor medida a una larga lista de aparatos precedentes, que en Europa hacían las delicias de los paseantes ávidos del último truco óptico que parecía darle vida a losobjetos y que en las ferias y otras ocasiones especiales se mostraban al público desde el último tercio del siglo XVIII. Éste no será el lugar en el que repitamos ese comienzo, mayormente por no ser laque sigue una más de esas “historias”. Si bien, aspiramos a un tratamiento amplio de lo cinematográfico -lo que hace ya importante el apartado de su nacimiento-, antes que en su especificidadtécnica, es como documento social que nos importa más mirar al cine; por eso, la situación de su nacimiento nos resulta más interesante por fuera del cine que por dentro de él; es decir, que para nosotrosaquí, será más significativo indagar en la diversa índole de fuerzas que concurren a su nacimiento, que sobre el hecho mismo de su aparición. Dejamos pues, para otros estudios, la exhaustividad con que sepueble de antepasados la vida del cinematógrafo, eso sí, sirviéndonos de la línea temporal, como mera convención, para situar el nacimiento del cine en las primeras demostraciones que los hermanosLumière hacen de su cinematógrafo, allá en último mes de año 1895[Pie de página].
Las primeras vistas que presentaban los Lumière gustaron cantidad y muy pronto los hermanos contaban concorresponsales viajando a los confines del mundo con la tarea de “cinematografiarlo”. Si los esfuerzos combinados de ambos hermanos, Auguste y Louis, lograron mejorar el Kinetoscopio de Edison[Pie de página] fuela habilidad empresarial de Louis la que le aseguró prosperidad al negocio familiar. Es Louis Lumière quien hábilmente, después de éxitos como obreros saliendo de la fábrica y la llegada del tren,...