Circe Y Las Sirenas

Páginas: 7 (1618 palabras) Publicado: 29 de marzo de 2015
Circe y las sirenas
Adaptación de fragmento de la "Odisea" de Homero, por Franco Vaccarini.

Ulises disfrutaba la hospitalidad de Circe, la diosa hechicera, hija del Sol, en su
brillante palacio de la isla Eea. El astuto griego y sus soldados eran atendidos por criadas
solícitas, que les daban de comer y beber en abundancia. ¡Una vida de reyes! Pero no
siempre fue así.
Los bosques de Circeestaban poblados por criaturas salvajes que antes habían sido
hombres, viajeros que osaron detenerse en su isla. Cuando Ulises fondeó su negra barca, un
año atrás envió a la mitad de sus compañeros a reconocer el terreno. Euríloco prefirió
quedarse fuera, desconfiado. Circe hizo probar a los otros un potaje mágico y, tras un toque
de su varita, los convirtió en cerdos y los mandó al establo. Allícomieron el "banquete":
frutas pasadas, bellotas y sobras; mientras se refregaban en el barro como buenos cerdos.
El sensato Euríloco pudo contar el cuento.
Nadie quiso acompañar a Ulises a rescatar a los desdichados, pero un dios -Hermes,
el mensajero- vino en su ayuda: le dio una hierba que anulaba los efectos de la magia de
Circe. La maga lo recibió con adulaciones y le ofreció su potaje. Ulises lotomó y ella dijo:
-¡Y ahora vete, cerdo, a tu pocilga!
Sin embargo, Ulises no se transformó. Su espada provocó en Circe un juramento: ya
no usaría su magia contra él y sus hombres. A los soldados no les quedó ni la cola de cerdo y
fueron felices desde entonces, como huéspedes de la hija del Sol.
Salvados de este incidente, Circe y Ulises se hicieron grandes amigos.
Hasta que los griegos sesintieron abrumados por la nostalgia. ¡Muchos años de
guerra y viajes accidentados! ¡Había cabellos blancos en la melena de Ulises!
-Venerable Circe, déjanos partir.
-Ulises, no te quedarás aquí ni un solo día contra tu voluntad, pero antes visitarás al
adivino Tiresias- respondió ella.
-¿Por qué haría tal cosa?- preguntó el héroe, con un escalofrío, pues Tiresias -que en
vida fue un adivino célebre-estaba muerto.
-Necesitas de su oráculo si quieres ver a tu esposa y a tu hijo.
Ulises, estremecido de pavor, tuvo que visitar las regiones brumosas cubiertas por
nieblas y nubes y donde los bosques de abeto son oscuros como la noche. Cuando llegó a
esos confines, descendió al Averno*, donde reina Hades, el dios invisible, y su esposa, la
bella Perséfone. Luego de múltiples sacrificios y terrores seentrevistó con el alma de
Tiresias y su mente intacta.
El adivino vio el futuro del griego y lo previno de los peligros que aún le restaban
para llegar a su patria, advirtiéndole que Poseidón estaba furioso con los griegos y
especialmente con él.
-No te olvides de que cegaste el único ojo del cíclope Polifemo- le recordó Tiresias.
-En defensa propia. ¡Desayunó con cuatro de mis solados - sedefendió.
-Sí, pero Polifemo es hijo de Poseidón y ya sabes qué pasa cuando él se enoja.
¡Maremotos, huracanes, naufragios! Pero otros dioses te aprecian y, si haces los sacrificios
adecuados, compensarán con favores las calamidades enviadas por el dios del mar.
Y luego de saber muchas cosas, el héroe caminó por los bosques, abordó su negra
nave y volvió a Eea, donde Circe lo recibió alegre: con sus rizosnegros y su voz espléndida,
cantó para él y sus soldados.

-Agradece a tu prudencia que te permitió escuchar mis consejos y así pudiste, a
pesar de estar vivo, bajar a la morada de Hades y regresar a la luz. Come estos manjares y
bebe vino, que mañana, cuando despunte la Aurora, estarás navegando otra vez y
conocerás a las sirenas.
-¿Las sirenas? ¿Y serán amistosas?- preguntó Ulises, sospechandoun nuevo
obstáculo.
-No, no lo serán, aunque simularán ser tus amigas. ¡Ten cuidado! Óyeme bien, para
que tu viaje no concluya allí y regreses al palacio de Hades para siempre.
Ulises protestó:
-Diosa... ¿pero cuántas pruebas tendré que soportar antes de ver a Penélope y a mi
hijo Telémaco, que ya debe de ser todo un hombre? ¿Y mi perro Argos? ¡Pobrecillo! ¡Ha de
estar sordo como una tapia!...
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