Cisnes Salvajes (Capítulo 12)

El presidente Mao había ordenado a la nación que fabricara grandes cantidades de acero. Todos debían contribuir a esto, los niños de primaria buscaban clavos, tuercas o cualquier objeto de metal quepudiera servir para alimentar los hornos de fundición de acero. Casino recibían clases, ya que sus maestros se encontraban ocupados alimentando de leña los hornos las veinticuatro horas del día y losniños se habían organizado para cuidar de sus hijos pequeños.
En los hospitales también se había instalado un horno que igualmente debía ser alimentado todo el tiempo, incluso durante el curso de lasoperaciones quirúrgicas.
Mao soñaba con convertir a China en una potencia mundial de primer orden, creía que la producción de acero era fundamental para que esto fuera posible por lo que decidióinvolucrar en ello a toda la población, durante varios meses todo el mundo interrumpió sus actividades habituales para cumplir lo exigido.
Aquella situación no hacía más que reflejar la ignorancia deMao de cómo debía funcionar un sistema económico.
Mao quería superar la producción de Estados Unidos y Gran Bretaña para así jactarse del triunfo sobre sus enemigos: los capitalistas. Quería demostraral mundo que China era capaz de valerse por sí misma.
En aquella época era común fantasías a uno mismo y a los demás para luego creérselas. Los campesinos trasladaban las cosechas de varios campos ylas reunían en uno solo para mostrar a los funcionarios del Partido que habían logrado una cosecha milagrosa. Bajo una dictadura como la de Mao, en la que la información era ocultada y manipulada,resultaba muy difícil mantener la confianza en su propia experiencia o sabiduría en ese momento eran testigos de una oleada de fervor patriótico a nivel nacional que prometía acabar con los últimosvestigios de sensatez. Resultaba sencillo hacer caso omiso de la realidad y depositar la fe en Mao.
Quien se atrevía a desmentir la situación era inmediatamente acallado o despedido de su trabajo por...