ciudad bolivar

Ciudad Bolívar
José Eugenio Sánchez Negrón

El pueblo que en 1764 arribó a la angostura del Orinoco era un pueblo acosado por los piratas que una y otra vez, con empecinamiento implacable, habían incendiado, saqueado y arrasado a Santo Tomás de Guayana, la ciudad que señoreaba las espesas soledades inmediatas a la desembocadura del Caroní. Sus moradores había visto volar sobre sus cabezasnada menos que a los vampiros de Sir Walter Raleigh en 1618 y a los del holandés Adrián Jansón en 1629; y de nuevos holandeses en 1637; y a los ingleses, otra vez en 1664; y otra vez a los holandeses en 1679, y a los franceses que se sumaron al festín en 1685, ensañado el destino contra ella, y por último, exhausta de tragedia, otra vez a los ingleses en 1740, en arremetida feroz; y fue poresa amargura ancestral que la ciudad renació aquí, en la angostura del Orinoco, con la memoria sucia por las violaciones de sus antepasadas y por las formas horrendas de morir, porque la ciudad abuela pereció quemada como Juana de Arco, y la madre inmolada por sus propios hijos, que la mataron para evitarle la afrenta de la ocupación, pero durante todo ese tiempo doloroso la ciudad fue siempre lamisma aunque cambió de cuerpo muchas veces; porque cambió de paredes y de casas, pero el aspecto de la madre y de la abuela fue el que vivió dentro de ella, siempre, al lado de la gente nueva que nacía y llegaba para sustituir a la que enterraban y se iba; podría decirse que era una ilusión de casas nuevas, de paredes nuevas que emergían de las cenizas para palpitar blanquísimas apenas unosaños bajo la luz del trópico hasta que de nuevo llegaran los barcos bucaneros, navegando el río con sus banderas negras de calaveras y fémures cruzados; y por eso las casas no cerraban los ojos nunca, no dormían, esperaban el día y la noche, desde el amanecer hasta el anochecer, bajo la luna llena y en las noches oscurísimas y tenían pestañas trágicas y cejas resignadas, pero un día los españoles,hartos de matanzas decidieron mudarlas para la angostura, donde ahora se encuentra, y así fue como la ciudad vino a parar aquí huyendo de esos engendros del infierno, vestida con su mismo nombre, pero con un cuerpo nuevo que reverdeció en las cinco palabras que sus fundadores le agregaron al atuendo altisonante cuando lo escribieron por primera vez, al fin orgullosos y seguros, Santo Tomás de laGuayana de la Angostura del Orinoco; y fue allí, en ese preciso momento cuando los fantasmas anteriores se evaporaron con sus padecimientos de piratas, pestes y saqueos, y nació una ciudad que estrenó un corazón guerrero y artillado, un corazón metálico, es verdad, pero corazón al fin como todos los corazones: el Fortín de San Gabriel.

Y bajo sus alas de hierro nacieron las primeras casasque se pegaron a la enorme gallina metálica; pero cuando pasaron los días sus habitantes perdieron el miedo y paso a paso la ciudad empezó a escalar la cuesta del cerro hasta que llegó al sitio casi más alto donde fundaron la Plaza Mayor; así fue como la ciudad nació; de manera diferente a como nacen todas las ciudades; yo diría que a la inversa, porque sus fundadores, en vez de sembrar las casasalrededor de la plaza mayor para que el viento fuera esparciendo las esporas hacia los aledaños, por miedo a los piratas y para estar adheridos a la coraza artillada, regaron el germen en la propia orilla del río, donde la ciudad nació como un lirio acuático, como una planta trepadora, que se aferró primero a los cañones del fortín hasta que se sintió segura y se atrevió a seguir trepando hastala propia cúspide del empinado cerro. Ocurrió luego lo corriente; en derredor de la calva plaza nació la iglesia, en la misma casa del párroco; y el palacio de los Gobernadores, y la Casa de Estudios; y por último, en los espacios desocupados entre las construcciones oficiales, las casas de los notables; y así fueron lloviendo los días sobre la ciudad que adquirió el vigor necesario para que...