Ciudad

Manuel Bendala Galán: “LA CIUDAD ANTIGUA. EL CASO DE ROMA” La vida urbana, con el particular sentido que adquirió en la civilización grecorromana, fue el fruto de un proceso de complejizacióncultural que tiene un hito básico en el Neolítico, cuando empezó el hombre a dejar de ser un mero huésped de la naturaleza, “criatura” suya, para ir convirtiéndose en dueño de ella, en “creador” de unanaturaleza nueva. Tras las poderosas civilizaciones antiguas del Oriente Próximo y de Egipto, el paso decisivo se dio en el ámbito mediterráneo con la extraordinaria experiencia de las culturas clásicas.Las civilizaciones antiguas de Grecia y Roma, y las que con ellas compartieron tiempo, escenario e influencias mutuas –como la importante civilización feniciopúnica-, desarrollaron culturas diferentes,aunque próximas en el desarrollo de formas de organización socioeconómica basadas en la ciudad. Eran comunes ciertos parámetros de escala en la magnitud de las agrupaciones sociales y,consiguientemente, de los territorios que controlaban como propios, así como la posesión de estrictos sistemas de jerarquización social, de articulación sobre principios de desigualdad, de imposición de unos sobreotros, pero también de mutua dependencia, de equilibrios sociales y económicos. La ciudad permitió el desarrollo de las enormes virtualidades de la especie humana, con un ejemplo modélico en la polisgriega, en la que, según Aristóteles, alcanzaría la condición última de zoón politikón: el “animal político”, el que vive en la ciudad y a la manera del ciudadano (La política, lib. I, cap. 1). Ese“animal político”, en el marco de la polis, constituía su auténtica materia prima, porque la ciudad era el conjunto de ciudadanos, cohesionados por fuertes nexos de índole jurídica e ideológica,poseedores de una biografía colectiva –su “historia”-, y decididos a explotar económicamente un determinado territorio, tenido por propio. Según Tucídides (VII, 77,7) dijo Nicias a los soldados atenienses...