Clases de profesores
De nuestra memoria emergen aquellas mañanas somnolientas enlas que el profesor lejos de alejar el fantasma del sueño, lo arreciaba con un discurso monotemático y aburrido, en el que no permitía la entrada de otras opiniones ni interacción con los alumnos. Setrataría del profesor enseñante, lo primero son los contenidos, la parte humana mejor dejarla de lado. No se puede deshacer la jerarquía del yo mando tu obedeces, del yo aporto tu escuchas.Había algunas tardes esperadas, con aquel profesor enrollado, que nos preguntaba por nuestra vida y vivía nuestros problemas. Aquel al que las horas no le cundían y no podía nunca terminar con losobjetivos propuestos porque lo individual era más importante que aquello que debíamos aprender (profesor-progenitor).
No podemos olvidar al profesor actor, aquel que a veces actuaba de manerahistriónica pensando que de esta forma podía llamar continuamente nuestra atención, trabajando demasiado la puesta en escena pero no el con tenido (profesor-presentador) .
O aquel otro que parecía unpredicador hablando desde un púlpito, que se llenaba la boca con parábolas obsoletas y pretendía cambiar nuestras formas demasiado salvajes por otras de obligado procedimiento. Aquel que nos obligaba a copiar“no diré más palabrotas” mil veces y entre los renglones quedaba prendido, invisible, nuestro insulto (profesor predicador).
Quizás uno de los más preocupantes era aquel profesor que quería convertiruna variedad de pensamientos ricos y dispares en una autopista sin curvas hacia la uniformidad. Lo lógico era pensar igual que él, porque era carismático e inteligente. Lo ilógico era ser...
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