Claude debussy, escultor del sonido

Claude Debussy, escultor del sonido


David Armendáriz Moreno





El enorme peso de la literatura o la pintura francesa del siglo XIX, hace que con frecuencia se minusvalore su aportación en el campo de la música, concediendo a la Viena de aquellos mismos años el relevo de la continuidad y modernidad musical, asimilando la música francesa a las otras artes -en especial a lapintura-, con el apelativo por ejemplo de "música impresionista" como si la música francesa de la primera década de siglo fuera una continuación o imitación de los logros pictóricos.


Como trataré de mostrar, si bien los logros pictóricos y literarios son extraordinarios, de ningún modo pueden eclipsar a los musicales.
Es más, curiosamente, los continuadores de las grandesinnovaciones musicales de Schönberg y la Segunda Escuela de Viena, como Boulez o Stockhausen, reconocen en la música francesa de comienzos de siglo, en especial en Debussy, un punto de referencia indiscutible para la música del siglo XX, por encima incluso de Schönberg.
Lo que los compositores contemporáneos de las corrientes más diversas ven en Debussy -de manera como decía incluso más radicalque en Schönberg- es, en palabras de Pierre Boulez, un tratamiento novedoso del sonido, que tiene como consecuencia una concepción igualmente novedosa de la forma. Este nuevo tratamiento del sonido consiste, y sigo a Boulez, en "tratar el sonido atendiendo a su valor "en sí mismo", es decir, a su valor sonoro, material, corporal, y no como "nota musical" sujeta a las complejas leyes de gramáticamusical tonal.
En consecuencia -continua Boulez-, al trastocar Debussy el tratamiento del sonido, de la materia musical, lo hace también con la forma, que no es en él -dice Boulez-, un patrón o esquema exterior en el que se vierte el sonido, sino el resultado de la conexión misma de los sonidos, o incluso de la exposición misma del sonido. Es decir, como veremos, en Debussy la forma no esuna "macroestructura" -como lo son en cierto modo las "grandes formas" como la Sinfonía, la Sonata o la Fuga, auténticas obras maestras de "arquitectura musical".


La música de la era tonal, que abarca desde Bach hasta Mahler, ha sido en cierto modo una arquitectónica musical. Las grandes fugas de Bach, las sinfonías de Beethoven, Brahms o Bruckner, -y las del mismo Mahler- han sido,como dijo el gran director de orquesta Hans von Bülow catedrales, catedrales grises, decía exactamente, -seguramente para resaltar los hallazgos tímbricos y colorísticos de la orquesta wagneriana-. También Chillida dice de Bach que es el mejor arquitecto del mundo, sólo que en vez de construir en el espacio lo hacía en el tiempo.
Los precisos esquemas formales de formas como la Fuga o laSonata dan a la música una dimensión arquitectónica, podríamos decir de gran forma o macroestructura, que era completamente ajena al compositor francés.
A Debussy no le gustaban las grandes formas. Consideraba la forma sinfónica como un mal para la música, y según él mismo nos cuenta de su estancia en Roma, no se sentía a gusto en las grandes catedrales -incluso en su música la sumergió bajoel manto del mar-, sino en las pequeñas iglesias, en una de las cuales quedó deslumbrado con la música de Palestrina y Orlando de Lasso, experiencia que nos cuenta cambió el rumbo de su arte.
El tratamiento del sonido en su valor sonoro, material, -como sonido y no como "nota"- que caracteriza a Debussy se manifiesta en la centralidad, la atención que confiere a elementos "superficiales"del sonido, como el timbre, la duración o la intensidad. Su música, como él mismo dijo, es una música de matices, de matices sonoros, dejando en un segundo plano toda la gramática musical que la tonalidad ha desarrollado. Nos cuenta Debussy el tormento que suponían para él las clases de armonía en el conservatorio, y como casi nunca lograba dar con la armonización correcta en los ejercicios....