Claudio Magris

El autor se sitúa en Holanda, concretamente en una gran plaza en la Haya. En la cual había una especie de feria universal. En esta feria universal, podías encontrar todo tipo de stands, uno al lado del otro. Cada uno de ellos de una temática diferente. Stands gastronómicos, políticos, sexuales, etc.

La primera impresión del autor, era una sensación de cierta tolerancia y libertad, que seasociaba a la imagen tradicional de Holanda. Todas las personas de ese lugar tenían el mismo derecho de hablar y dialogar, sin ser dominados por otras personas.

Dialogo y tolerancia pueden ser considerados prácticamente sinónimos. Se advertía que la verdad no puede ser nunca el dominio y la imposición de una sola doctrina que no se pone en discusión y no admite un diálogo común con opinionesdiversas, sino que sólo puede ser, como enseña Lessing, una incesante confrontación y una incesante búsqueda. Lessing decía que la verdad pura sólo le pertenece a la divinidad.

El autor compara la plaza de la Haya con el parque Hyde Park en Londres, donde se puede debatir no sólo problemas de relevancia universal sino también sus obsesiones privadas, sus tics, sus fobias, extravagancias, modas.Tolerancia significa también esa libertad de expresión en las cosas aparentemente pequeñas o mínimas. El autor compara la vida con un circo en el cual todos somos payasos y tolerancia significa actuar siguiendo el guion, respetar las improvisaciones propias y de los demás y aceptar los cambios que pueden adoptar quien actúa con nosotros. Aquella mañana en La Haya, era una agradable sensación delibertad gitana mientras daba vueltas sin rumbo, sin interés, entre aquellos pabellones. Esto lo compara con los perros callejeros de la película "Mon oncle" de Tati.

Después de dar unas vueltas el autor tiene una tercera impresión. Era como si la bella sensación de que todos y todo tenían justamente el derecho a la palabra se hubiese convertido de pronto en una sensación de asfixia. Aquellaagradable mañana le hizo sentir la necesidad, la dificultad, incluso la imposibilidad, el problema de la tolerancia del diálogo, de sus límites y fronteras. A la gran frase de Voltaire, que se declaraba estar dispuesto a batirse hasta la muerte en defensa de la libertad de manifestar aún las opiniones contra las que él se batía a muerte, le hacía acordarse en aquella frase que habla de alguien tanapasionadamente tolerante que está dispuesto a matar a todos los intolerantes. Sin embargo, es fácil la ambigüedad: tolerancia es un término positivo que indica la condición común de todos los credos y opiniones, tolerante indica una actitud de una indulgencia condescendiente desde lo alto, tolerar indica soportar de un modo casi ofensivo comportamientos y opiniones distintos a los propios.

Latolerancia, el diálogo y sus contradicciones constituyen un problema universal. Nuestra cultura tal vez no esté preparada para las transformaciones del mundo que afecten en nuestra vida, en nuestra sociedad, en nuestros valores. Hoy en día las civilizaciones se mueven y se mezclan. Es un proceso que enriquece nuestras culturas y también despierta temores y obsesiones de defensa. En la globalización,todas las identidades se sienten amenazadas, temen disolverse y desaparecer, y por eso mismo, existe la violencia y al sacrificio sangriento. Algo similar, observó en una ocasión Beniamino Andreatta, sucedió en el siglo V antes de Cristo, con la disolución de las antiguas comunidades familiares-tribales en el Estado de Grecia. Proceso del cual nació en parte la tragedia griega.

Las respuestasintolerantes a las actuales transformaciones del mundo son peligrosísimas y presentan un grave obstáculo a este proceso de formación de una universalidad nueva.

La civilización occidental ha de afrontar la tarea de renovar la conciencia y defensa del principio de valor. Son las "leyes no escritas de los dioses", como las llama Antígona, o sea los mandamientos morales que se presentan como...