CLAUSEWITZ
Oscar Elía Mañú
Colaboraciones nº 528
Clausewitz, 1805-2005
Hace doscientos años, con Prusia en
peligro de muerte, Clausewitz escribe
su primer artículo en la revista Neue
Bellona; es una crítica al intento de
von Bülow por reducir la guerra a
variables aritméticas. Poco después,
en 1806 las calles de Berlín retumban
al paso de las tropas napoleónicas:
Hegel ve pasarla Historia a caballo
bajo su ventana; Fichte se desespera
ante la ocupación del orgulloso estado prusiano; en Moscú, Alejandro I ve
venir lo inevitable. Meses antes, Clausewitz ha caído prisionero de los
franceses, y asiste desde París a la
configuración de un nuevo orden militar. La Revolución francesa, observa,
ha cambiado la forma de hacer la guerra; ¿qué puede hacer el aristocráticoejército prusiano ante la nación en armas? El entusiasmo francés, la fuerza
republicana alumbran a los ojos de
Clausewitz una nueva guerra. La
Grupo de Estudios Estratégicos GEES
8 de septiembre de 2005
Grande Armeé, la marea tricolor que se
extiende desde Madrid hasta Varsovia, la exhibición de hombres, material y organización, la exhibición del
genio militar de Napoleón, asusta y
seduce a losmilitares prusianos.
Poco duró el sueño de Bonaparte; en
1814 Europa volvía a su inestable
equilibrio entre naciones, aquel que
Clausewitz conocía, el que defendía, y
el que el genio de Napoleón pareció
tragarse pocos años antes. La historia
parecía retroceder a la calma de Antiguo Régimen; vana ilusión, ya nada
sería como antes. La democracia y el
progreso técnico alumbraron una
nueva forma de hacer laguerra, barriendo antiguas concepciones estratégicas; ante los ojos del prusiano
hace aparición la guerra moderna,
nace una nueva era.
En apenas un siglo, la política moderna desarrolló su propia lógica, y con
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Colaboraciones nº 528
ella las pasiones desatadas, la tecnificación, la racionalización social, las
grandes ideologías. Clausewitz muere
en 1831. Casi noventa años después,
lossoviets se apropian del poder en
Rusia, y desatan una ola de terror que
tiene en Lenin su origen y en Stalin su
perfección: éste desprecia a Clausewitz por militarista; el primero, más
sutil, incorpora las enseñanzas del
prusiano al credo comunista; ¿qué es
la política revolucionaria?, se pregunta el marxista convencido; la realización efectiva de los designios de la
humanidad, la última y definitivalucha de clases, el fin de la historia,
responde la vanguardia del proletariado. Aniquilar al capitalista es empezar a construir la verdadera democracia. Octubre de 1917 abre las puertas del infierno del Gulag, de las chekas, de la Lubianka y de la Revolución Cultural. En la era de la revolución mundial, las palabras de Clausewitz resuenan por el orbe: la guerra
es la continuación de la políticarevolucionaria por otros medios. ¿Qué no
está permitido cuando la política es la
liberación de la humanidad?¿cómo no
justificar –repite el creyente convencido- la entrada de los tanques soviéticos en Poznam, Budapest y Praga?¿cómo no condenar a muerte al
capitalista allí donde se encuentre?
continuación de la política por otros
medios; una política esencialmente
hostil deviene en guerra total, enaniquilación del adversario. De los fines
a los medios, “Mein Kampf” y “Der
Totale Krieg” no pueden sino desembocar en el incendio descontrolado
del continente. Convertido éste en
cenizas, la catarsis de Nuremberg puso punto y final a una ideología perversa; a la sombra del paraguas nuclear, el Telón de Acero consagró la
otra durante cincuenta años.
La historia del siglo XX no es la historia dela política, sino de las ideologías; ¿acaso sus crímenes no responden
a una determinada filosofía de la historia? Para los creyentes en Marx, la
historia es la historia de la gran injusticia; pero también la historia de la
toma de conciencia, de la revolución,
del fin de la historia y del paraíso comunista. Para los hitlerianos, la historia es la degradación de un pueblo
elegido, pilar de la...
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