Claves De Pneuma
INTRODUCCIÓN
La actitud de muchos cristianos frente al Espíritu Santo es la misma que la de los discípulos que Pablo encuentra en Éfeso: “No habíamos escuchado siquiera que hay Espíritu Santo” (Hch.19, 2) El Espíritu Santo sigue siendo el gran ausente en a conciencia de un número relevante de cristianos.
1. Hambre del Espíritu hoy
Es muy frecuente oírhablar hoy de una crisis de época, de un cambio cultural, del traspaso del mundo postmoderno.
La primera característica del paso que se está viviendo parece ser aquella de la muerte del hombre. Si confrontamos la era que vivimos con las que nos han precedido sobre la base de la relación hombre y naturaleza, podemos decir que: la era premoderna se concentraba en una actitud contemplativa: lanaturaleza es lo creado en que se refleja aunque de manera indirecta y oscura (1Cor 13,12) la grandeza y la belleza del Creador. En la era moderna el hombre, considerando la naturaleza no más como una creatura para contemplar sino como un objeto para experimentar, busca llevar siempre más allá los confines de los propios límites hasta sentirse el “dios de lo creado” y creer en el mito del eternoprogreso, seguro de que detrás de la muerte de Dios (Nietzsche) se puede encontrar disponible el paraíso del hombre.
El éxito ha sido diverso y bajo los ojos de todos superando la actitud de la era moderna, el hombre postmoderno no considera más la naturaleza como un objeto para experimentar, sino como materia para provocar, poniendo la técnica sobre la ética y a se va abandonando a un proyectosalvaje de manipulación incontrolable. El científico y el tecnócrata del postmoderno parte del razonamiento que todo es técnicamente posible y por eso éticamente lícito (possum ergo licet) El hombre aparece encerrado a sí mismo en el cerco infernal que ha construido: producir para consumir, consumir para producir, y eso con un costo ético altísimo… donde se consuman los valores que no están engrado de producir. Si el mito del hombre moderno parece identificarse con el de Prometeo, aquel del hombre postmoderno encuentra su razón en Sísifo[1].
Otra característica está unida a la muerte del ser. Sofocada por el hacer, por el aparecer y por el tener, el alma de la metafísica muere. Se afirma el primado de las cosas sobre las personas (hasta la misma cosificación de las personas), delconsumo sobre los valores, de las necesidades sobre las leyes y la moral, hasta afirmar la ley de la necesidad, donde la misma necesidad es ley. Puesto en discusión el primado del ser se llena el vacío con lo inútil. La vida pierde su misterio y viene reducida al cálculo (G. Marcel).
Es en este contexto de lectura crítica de la sociedad actual que la encíclica Dominum et Vivificantemmuestra la resistencia al Espíritu que el materialismo, sea de manera teórica (como sistema de pensamiento) como en su forma práctica (como de lectura y valoración de hechos y como programa de conducta).
La filosofía, después de haber recorrido la palabra del idealismo hegeliano que hacía del Espíritu la categoría omnicomprensiva de lo real, pasando por el materialismo que por el contrarioidentificada el espíritu como una sobreestructura de la realidad socioeconómica, hasta el nihilismo que es visto por Nietszche como el estado de los espíritus fuertes que activamente se empeñan en la destrucción de cuanto tiene apariencia de vida; la filosofía de hoy registra la propuesta de la ontología del declinar, según la cual la racionalidad debe despotenciarse, debilitarse sin temer permanecerparalizada por la eclipse del pensamiento fuerte… un “pensamiento débil” que debe aprender a sobrevivir en la disolución del castillo metafísico, sin nostalgia y sin resentimientos. Según el pensamiento débil la realidad es una máscara y la verdad no es otra cosa que una ilusión que ha olvidado el ser tal.
La pérdida de un único centro de valor se refleja también en la afirmación del monoteísmo...
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