Cndfipo
Páginas: 7 (1537 palabras)
Publicado: 11 de marzo de 2013
Cosa natural era pensar que después de tantas desgracias, Cándido, casado con su amada, viviendo en compañía del filósofo Pangloss, del filósofo Martín, del prudente Cacambo y de la vieja, y habiendo traído tantos diamantes de la patria de losantiguos Incas, disfrutaría la vida más feliz; pero tanto lo estafaron los judíos, que no le quedaron más bienes que su pobre granjita. Su mujer, que cada día era más fea, se hizo desapacible e inaguantable, y la vieja cayó enferma, y era más regañona todavía que Cunegunda. Cacambo, que cavaba el huerto y llevaba a vender las hortalizas a Constantinopla, estaba rendido de faena y maldecía susuerte. Pangloss se desesperaba porque no lucía su saber en alguna Universidad de Alemania; sólo Martín, firmemente convencido de que en todas partes el hombre se encuentra mal, llevaba las cosas con paciencia. Algunas veces disputaban Cándido, Martín y Pangloss sobre metafísica y moral. Por las ventanas de la granjita se veían pasar con mucha frecuencia barcos cargados de efendis, bajaes y cadíes queiban desterrados a Lemnos, Mitilene y Erzerum, y llegar otros bajaes y otros efendis, que ocupaban el lugar de los depuestos y que lo eran ellos luego; y se veían cabezas rellenas adecuadamente con paja que se llevaban de regalo a la Sublime Puerta. Estas escenas daban materia a nuevas disertaciones, y cuando no disputaban se aburrían tanto, que la vieja se aventuró a decirles un día:-Quisiera yo saber qué es peor, ¿ser violada cien veces al día por piratas negros, verse cortar una nalga, pasar por baquetas entre los búlgaros, ser azotado y ahorcado en un auto de fe, ser disecado, remar en galeras, y finalmente padecer cuantas desventuras hemos pasado, o estar aquí sin hacer nada?
-Ardua es la cuestión -dijo Cándido.
Suscitó este razonamiento nuevas reflexiones, y coligióMartín que el destino del hombre era vivir en las convulsiones de la angustia o en el letargo del tedio; Cándido no se lo concedía, pero no afirmaba nada; Pangloss confesaba que toda su vida había sido una serie de horrorosos infortunios; pero como una vez había sustentado que todo estaba perfecto, seguía sustentándolo sin creerlo. Lo que acabó de cimentar los detestables principios de Martín, de hacertitubear más que nunca a Cándido y de poner en confusión a Pangloss, fue que un día vieron llegar a la granjita a Paquita y a fray Hilarión en la más horrenda miseria. En breve tiempo se habían comido los tres mil duros, se habían dejado, vuelto a juntar y vuelto a reñir, habían sido puestos en la cárcel, se habían escapado, y finalmente fray Hilarión se había hecho turco. Paquita seguíaejerciendo su oficio, pero ya no ganaba con él para comer.
-Bien había yo pronosticado -dijo Martín a Cándido- que en breve disiparían las dádivas de usted, y serían más miserables. Usted y Cacambo han rebosado en millones de pesos y no son más afortunados que fray Hilarión y Paquita.
-¡Ah -dijo Pangloss a Paquita- conque te ha traído el cielo con nosotros! ¿Sabes, pobre muchacha, que me has...
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