Cocos rompen cabesas

umen : Francisco, un chico que desde bebé ha demostrado una inteligencia extraordinaria. A partir de ese momento, todos esperan que se vuelva un personaje célebre.La narración, a cargo del propioprotagonista cuando ya tiene catorce años, va y viene en el tiempo para repasar su infancia, cuando su mamá trata de interesarlo por distintas actividades (el ajedrez, la música, etcétera), y su difícilexperiencia escolar –especialmente en el plano vincular‑, que lo llevará a participar de un programa de preguntas y respuestas, sobre la obra de Arthur Conan Doyle, por un viaje para todo el curso.Francisco no solo es un especialista en Sherlock Holmes sino que adopta su método deductivo para analizar la realidad. De todos modos, siente que nunca está a la altura de las expectativas de los demás‑ya sea de sus compañeros o de su familia‑, y el temor a decepcionarlos no le da respiro. Esta situación sufre un giro inesperado cuando el personaje se involucra en un caso policial: en el barrioporteño de Belgrano, donde él vive, se cometieron una serie de asesinatos.Por lo dicho, Andrea Ferrari vuelve a ocuparse de los conflictos propios de los adolescentes (la necesidad de ser aceptado por elgrupo, el primer amor, la escuela, la relación con los padres) pero, al mismo tiempo va desarrollando el caso policial, con todos los elementos que son propios del género (presentación de los hechos,relevamiento de pruebas, desarrollo de hipótesis).Teniendo en cuenta las preferencias literarias de Francisco, son abundantes las citas y referencias intertextuales a las novelas de sir Arthur ConanDoyle, de donde el protagonista y su amigo Arturo toman sus apodos, remedando a la famosa pareja de detectives (Holmes y Watson).Cabe destacarse el ácido sentido del humor del narrador, especialmentecuando se refiere a sí mismo mediante el uso de ironías e hipérboles (“Cuando finalmente apagamos la luz, me sentía como un trapo de piso). Por otro lado, el registro coloquial y el vocabulario...