codependencia

EN QUE ME CONVIERTO PARA GUSTARLE A UN HOMBRE
Alejandra Moreno / @achearta81
(23 de septiembre, 2014).- Tengo años leyendo y escribiendo, pero sobretodo luchando contra lo que me dijeron se llama codependencia. La única manera que conocía de relacionarme era dependiendo completamente de quien fuera mi pareja. Me perdía en sus intereses, en su profesión, en sus amigos. Pensaba todo el día quéestaría haciendo, en dónde, con quién.
Aprendí a ser desconfiada pero dependiente, paranoica pero impulsiva, complaciente pero exigente. Sin importar cuántos libros, talleres y terapias tomara, siempre hacía lo mismo. Elegir mal con quién relacionarme; dar mucho, dar poco, dar lo que no tenía —como si eso fuera posible—; ser muy “buena”, ser muy “sexy”, ser muy “puritana”, ser muy “mala”, ser muy“lista”; “hacerme la independiente”, hacerme la “débil” para que el otro no se sintiera inseguro, ser fiel, ser infiel, ser romántica, ser una cabrona, ser machista, decir ser feminista, pesar 48 o 55 kilogramos, al gusto del otro; tuve pelo largo, pelo corto, fui pelirroja, trigueña y hasta rayos me hice un día; rogué, me hice del rogar, puse límites, me los pusieron, dejé, me dejaron, culpé alotro de todo, me culpé a mí de todo.
Como camaleón me tornaba del color que el otro quisiera. Leía entre líneas qué le resultaba importante y ¡bum!, en un segundo yo reunía todas las características. Después le pasaba la factura: ‘yo cambié, subí, bajé, me vestí, me mudé, etcétera por ti’.
Después de cada rompimiento me preguntaba ‘¿qué es lo normal?’, ‘¿qué diablos quieren los hombres?’ Entoncesvolvía a consultar mis libros de codependencia, luego otros de reglas y tácticas sobre lo que sí debe o no hacer una mujer, encuestaba a todos a mi alrededor y refriteaba la relación una y otra vez para entender ahora qué había salido mal. Juré no volver a relacionarme con ningún hombre y me maldije por no ser lesbiana.
Mi papá me educó como a un machín mexicano, ‘sé una cabrona y no dependas deninguno’; mi mamá que es todo optimismo, por otro lado, era de ‘¡ama! ¡Entrégate!’ No entendía. Me agoté. ¿Cómo es posible que el amor que se supone es una cosa maravillosa me coma tanto el cerebro? ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué no puedo ser una cabrona insensible que sólo use a los hombres y regrese después a mi torre de fortaleza? ¿Por qué no puedo ser como aquellas mujeres de antaño quesoportaban todo con una sonrisa en la boca? Ni de aquí ni de allá. Lo que más me preocupaba era ya no tener idea de quién era. ¿Cuál de todas esas facetas era la real? Lastimé a personas que me querían por eso, y peor aún, me lastimé mucho a mí misma.
Después de tanto leer, preguntar, pensar, asistir a talleres, grupos de autoayuda, iglesias —¿qué?, cada quien se aliviana como puede—, terapias y demás,llegué a la siguiente conclusión:
Yo soy todo eso. Soy buena y a veces soy una cabrona, crecí en un cultura machista y aún arrastro mucho de eso, pero intento cada día reeducarme para no repetir patrones patriarcales que me sé de memoria; soy muy sentimental y también soy una cínica, soy muy luchona pero también soy la reina de la procrastinación, soy responsable pero también soy distraída ypierdo todo, soy una mujer inteligente pero algunas veces soy boba y hay muchas cosas que no sé; amo el sexo pero soy puritana para algunas cosas, soy fiel por convicción pero también porque no me gustaría que el otro me fuera infiel, soy dependiente, me gusta amar y pensar mucho en la persona que amo, pero también me empalago y me gusta estar sola. Soy creyente pero no religiosa, soy fachosa ydesaliñada pero me maquillo, amo la sencillez pero odio los lugares abarrotados, la gente mal educada y los lugares sin aire acondicionado. Yo soy todas esas contradicciones, y está bien.
El otro día leía la frase “Si el amor te aprieta, no es de tu talla”. Yo no quiero un amor que me apriete, que me condicione a ser de determinada manera, tampoco quiero ser la camisa de fuerza de nadie. Sólo...