Codigo De Etica

El jardín de las flores muertas

En algún lugar de oriente donde el sol toca con suavidad la tierra y la luna alumbra con una luz sagrada el cielo de la noche, hay un jardín, un jardín donde no hay flores, donde todo lo que nace muere al instante, en aquél hermoso jardín oculto por enredaderas y por enormes arboles, nació y murió un amor prohibido y secreto.

Cada noche Ishina la hija delconsejero del emperador salía a caminar por los jardines del palacio, eran tres enormes jardines cada uno más hermoso que el anterior, sólo los visitaba de noche cuando todos dormían, ya que era prohibido que alguien los visitara sin el permiso del emperador. Ella adoraba oler las flores mientras la luna bañaba su piel blanca y pura. De los tres jardines había uno en especial el cual era supreferido, ése era el jardín de la laguna, el que estaba más alejado del palacio, el que estaba oculto entre enormes arboles y por la naturaleza salvaje de la zona, era su preferido porque guardaba su más grande secreto.
Ishina caminó de prisa antes que alguno de los guardias la viese, se adentró en el sendero que llevaba al jardín de la laguna y se perdió entre el verde de las hojas y las ramas de losarboles, al final del sendero había una especie de prado, un oasis oculto, un paraíso coronado por una hermosa laguna que reflejaba la luna que alumbraba el cielo despejado de primavera y ahí como siempre estaba él, cuidando del jardín más hermoso de todos, era su trabajo hacerlo, era un esclavo y sólo eso, pero para ella él era más que eso, él era su secreto, su amor prohibido.
Glen levantó lacabeza cuando escuchó sus delicados pasos, le sonrió y caminó para encontrase con sus brazos, adoraba su aroma más que el de las flores que cuidaba con tanto amor, la adoraba a ella más que a todo. Puso sus manos en el largo, sedoso y negro cabello de Ishina y le besó tiernamente, esperar hasta la medianoche para verla era cada vez un suplicio más grande para él, pero sabía que no tendríaoportunidad con ella, era un esclavo traído de tierras lejanas en donde no se hablaba el idioma que Ishina hablaba, donde se creía en dioses que nadie en aquel palacio había escuchado jamás, era solo un jardinero, un esclavo extranjero y nada más.

- ¿Cuándo escaparemos? – preguntó Glen tocando los delicados pómulos de Ishina.
- Tenemos que esperar, mi padre enviaría a matarnos y no tendríamostiempo suficiente para escapar – respondió acomodándose en el regazo de Glen – hay que esperar que salga de viaje con el emperador.
- Hemos esperado ya dos primaveras y no hemos escapado – susurró Glen con un tono triste y desganado – ¿Ves todas las flores de loto que rodean la laguna?, las sembré el día que te conocí, el día que te vi entrar al jardín.
Aquellas flores representaban elamor que Glen sentía hacia Ishina, habían crecido desde aquella noche, se habían hecho fuertes y ahora no sólo eran hermosas, sino que adornaban la laguna de una forma mágica.

En las mañanas cada uno llevaba vidas completamente opuestas, mientras Ishina vivía en el mismo palacio y con las mismas comodidades del emperador. Glen pasaba gran parte del día encerrado en un cuarto que era más bien unaespecie de calabozo y salía en las tardes a hacer su trabajo como jardinero. Tres años atrás había sido vendido al padre de Ishina en uno de sus viajes con el emperador, su padre le había enseñado el cuidado apropiado para todo tipo de plantas y había sido instruido para seguir órdenes desde que era pequeño, le costó aprender hablar un nuevo idioma, acostumbrarse a un clima diferente, adaptarse avivir solo y sin nadie, todo había sido difícil hasta que una noche Ishina entró al jardín y todo cambió para ellos.

Era común ver al emperador caminar al atardecer por algunos de los jardines cercanos al palacio, donde acostumbraba hacer reuniones y hablar con su familia y los miembros superiores de sus guardias, pero el jardín de la laguna sólo era usado para ocasiones especiales. Aquella...